En las diferentes culturas a las mujeres se les ha otorgado su lugar iniciático coincidiendo con la menarquía, esto es, con la primera menstruación. Dejan el estado de niñas para transitar el camino como mujeres fértiles y con ello inician un recorrido en la sabiduría y espiritualidad femeninas para acabar formando parte de un grupo de mujeres ancianas y sabias que las instruirán en todo lo referente a su fertilidad, sexualidad y espiritualidad. Se revela así la sacralidad de la mujer.
Nosotras, como mujeres somos cíclicas y, al igual que nuestros ancestros, nos movemos interna y externamente con los ciclos lunares. Es fundamental iniciarnos en el saber y estudio de nuestras lunas para poder comprender nuestro ritmos y ser conscientes de nuestro poder.
Tal como dice Clarissa Pinkola en su libro Mujeres que corren con lobos: “Las mujeres deben regresar a sus vidas instintivas, a sus más profundos conocimientos. Por consiguiente, pongámonos en marcha ahora mismo y volvamos a recordar nuestra alma salvaje”.
Partiendo de nuestra naturaleza, al igual que ocurre con las mareas y las cosechas, nosotras también somos influenciadas por la luna. Cada una de sus fases nos marca una manera de ser y de estar en nosotras y en el mundo que nos rodea. Durante el ciclo menstrual es nuestra tarea aprender a observarnos y a registrar los cambios diarios en nuestras emociones, preferencias… Tenemos que tener en cuenta que, el ciclo no es solo cuando sangramos sino durante los 28 días que duran las cuatro fases de la luna.
Las cuatro fases de la luna, representan cuatro estadios internos de la mujer: La bruja o anciana/luna nueva o negra, la virgen o doncella/luna creciente, la madre/luna llena y la hechicera o chamana/luna menguante.
Fase de la bruja o anciana y su luna nueva
Esta fase es de introspección, de retiro, que nos permite conectarnos para escuchar nuestro cuerpo y la intuición que emerge de nuestra alma. Es una fase que las energías creativas que nos inspiran se conviertan en visionarias en el período de gestación. Muchas son las mujeres que menstrúan en esta fase, llamándose luna blanca, completándose un período de desaceleración que viene de la fase de la hechicera/luna menguante. Nuestro cuerpo se vive más pesado, nuestros senos se hinchan, tenemos más sueño teniendo así la necesidad de dormir más, nuestro entorno pierde interés para nosotras hasta el punto que si nos forzamos a atenderlos nos sentimos irritadas.
Nuestros procesos mentales se vuelven más lentos, incluso podemos llegar a sentirnos como en un estado de ensoñación o meditativo. Nuestras emociones sin embargo emergen y de esta forma pasamos a sentirnos muy sensibles y empáticas con el entorno, que en algunos casos llegan a superarnos.
La energía sexual en esta fase es de característica profunda, creándonos la necesidad de expresar nuestros sentimientos de amor y de unión a nuestra pareja casi de una manera de comunión espiritual.
A la hora de conectar con esta fase, observa tus preferencias a nivel de indumentaria, de alimentación, de rutinas diarias. quizás te sorprendas vistiéndote de negro o marrón en expresión de tu recogimiento interno y utilizando un vestuario más ancho de lo habitual para sentirte libre y cómo con la expresión física del sangrado (pechos y vientre hinchado, cansancio…). También puede que escojas un lugar especial de tu hogar para dedicarlo para meditar, encender incienso o simplemente estar y ensoñar disfrutando de la quietud y el silencio. Aprovecha para conectar con tu cuerpo paseando por la naturaleza, tomando un baño de con hiervas aromática.
Otra parte importante es anotar nuestros sueños. Ya hemos dicho la fase de la Bruja es de ensoñación, de visión interna y consecuentemente lo que soñamos forma parte de esa sensibilidad especial que se despierta en esta parte del ciclo.
También permítete estimular tu imaginación con los cuentos, las leyendas, la mitología, así como también con obras de arte para poder evocar así nuestro potencial intuitivo.
Esta fase es ideal para llevar un ritmo más lento y así vivirte de otra manera en tus tareas cotidianas. Recuerda que estás sangrando y tu cuerpo necesita parte de la energía para llevar a cabo este proceso fisiológico natural. No te exijas más de lo que puedas dar. Puede ser que incluso puedas experimentar una sensación de pérdida o de vacío en esta fase si no estás familiarizada con tu ciclo. Una vez que conectas con la sabiduría de observar las diferentes fases puedes potenciar el don que cada una de ellas de otorga. Escúchate y respétate.
El menstruar en la luna nueva oLuna Blanca te da la capacidad de conectar con los niveles más profundos de tu consciencia, accedes a tu inconsciente y llegas a percibir lo que está más allá del mundo visible.
Palabras clave: oscuridad, recogimiento, Hécate, semilla, útero, invierno, unidad, intuición, tierra, cueva, antorcha, tumba, serpiente, luna nueva, lechuza, universo, visión, profecía, sabiduría, esquemas, renovación, gestación, aceptación, origen.
La fase de la virgen en su luna cresciente
Esta es una fase de crecimiento y expresión de la energías internas. Es momento de que el inconsciente vea la luz del día y tienes la capacidad de regenerar tu vida. Este período recuperar la vitalidad, la alegría y la motivación para emprender nuevos proyectos. Sexualmente te sientes sensual, juguetona y coqueta. Mentalmente estás más lúcida, fuerte, analítica y capaz de estructurar con detalles los pasos a dar ante tu vida.
Esta fase se caracteriza también por ser un período activo, te puedes sentir protectora de los más débiles o víctimas de alguna injusticia. es en esta fase que te sientes más creativa, lees, pintas, escribes o realizas cualquier otra actividad que para ti sea expresión de la creatividad. Así también te sientes más sociable y buscas conocer gente y tener otras experiencias. Esta fase comienza cuando el sangrado está terminando o ha terminando, pudiendo conectar con ella cuando desees llevar ropa más juvenil, de colores brillantes, desenfadada, ajustada o sexy. Haciendo algún deporte o de dar largos paseos para respirar y conectar con la vida.
Esta fase te permite retomar cualquier trabajo que te haya quedado atrasado en la fase anterior, ya que posees energía y claridad mental suficiente para ello. Revisa también todo lo relacionado con tus metas, tu hogar, tus cuentas y mira a ver si puedes aplicar alguna de las ideas intuitivas que hayan surgido de la fase anterior. Algo que tienes que tener en cuenta es que si potencias mucho esta fase o te quedas anclada en ella, puedes caer en una excesiva actividad, ser sumamente autosuficiente y ambiciosa generando así un desequilibrio interno donde no tendrá cabida tus otras partes a lo largo del ciclo menstrual.
Palabras claves: dinámica, energía, intelecto, brillantez, inspiración, fuego, luz, salud, júbilo, euforia, exuberancia, perro de caza, pureza, unicornio, león, toro, cazadora, Boudicca, guerrera, Afrodita, Atenea, determinación, análisis, confianza en ti misma, independencia, fortaleza, actividad, sociabilidad.
Fase de la madre y su luna llena
En esta fase del ciclo reconocerás y conectarás con el vínculo que te une a la madre tierra, el sentimiento de maternidad o sea de cuidado de lo que te rodea con el amor maternal de abnegación y armonía. Esta fase se da en la ovulación dándote fuerza, seguridad en ti misma y autoestima. En esta etapa el foco de atención está fuera. La ayuda a la comunidad, el equilibrio entre tus fuerzas espirituales y de entrega al servicio del cuidado al otro se equilibran. Experimentarás un gran impulso sexual y de profundo amor por tu pareja, así como gran energía creativa que se refleja en el uso de prendas étnicas, joyas, abalorios y otras prendas que te conecten con la sensualidad, la creatividad y la vida.
En esta fase el contacto con la familia se acentúa, así como el contacto con personas que hace tiempo que no ves. Aprovecha también para acercarte a la naturaleza que será una de las energías que más necesites sentir cerca de ti, como la lluvia, el aire, el bosque… ya que está más receptiva y abierta a lo divino. Tu ovulación en esta fase te hace consciente de que formas parte de la creación y participas en ella. Ten en cuenta que si alargas o te aferras a esta fase corres el riesgo de ser la eterna cuidadora, olvidándote de tus propias necesidades.
Palabras claves: Vida, cuidados, compasión, maternidad, amor, nutrir, criar, cuidar, fortaleza, irradiar, luna llena, sustentar, dar, útero abierto, vaca, abeja, fertilidad, naturaleza, tierra, receptividad, sabiduría, consejo, fruta.
La fase de la hechicera y su luna menguante
Esta fase puede ser de gran impacto en algunas mujeres, ya que se inicia la fase de recogimiento y de interiorización donde la fortaleza y la energía física decrecen. Puede ser que te encuentres más agitada e inquieta. este desasosiego puede llevarte a la frustración y la rabia si no comprendes el tránsito de la fase de la madre a ésta, incluso generando impulsos destructivos hacia los demás. Es importante que toda esta energía que recorre tu cuerpo y agita tu mente la canalices hacia actividades creativas.
La energía sexual en esta fase es fuerte y hasta agresiva con el único objetivo de la propia satisfacción llegando al punto de ser con falta de responsabilidad.El contacto con esta energía te puede hacer vestir con colores oscuros, telas vaporosas e incluso sentirte un poco “bruja”. Hacia el final de esta etapa de la luna, sentirás que tus pechos se hinchan, así como tu vientre.
Durante esta etapa la mujer puede sentir la necesidad de prácticas espirituales, buscando rituales e incluso con aumento de la capacidad psíquica, el interés por lo esotérico y el mundo interior. Puede que tengas sueños premonitorios y es un momento propicio para poner en práctica alguna arte adivinatoria.
También en el ocaso de esta fase, te puedes sentir como si caminaras entre dos mundo, casi de una manera surrealista y con gran poder de creatividad. Por ser un período de tiempo que puedes estar menos concentrada, hiperactiva mentalmente es importante que practiques alguna técnica de relajación y meditación para evitar los cambios de humor derivados del estallido de energía creativa mal enfocada. Sentimientos como la intolerancia, celos, poco sociable, exigente o gruñona son comunes en esta fase. Intenta evitar conversaciones demasiado íntimas y un exceso de vida social.
Aprovecha para reflexionar qué cambios necesita tu vida y ponlo en práctica por muy pequeño que sea. En esta fase te darás cuenta que para que lo nuevo surja, tiene que morir lo viejo. el cambio es necesario. Intenta canalizarte hacia esos cambios para evitar una energía autodestructora. Es de vital importancia conocer tu verdadera naturaleza y te permitas actuar de acuerdo a ella.
Palabras claves: Mágica, bruja, compulsiva, psíquica, intuitiva, mundo interior, destrucción, creación, Kali, Hécate, otoño, Perséfone, serpiente, dragón, lechuza, luna menguante, descenso, hechicera, seductora.
Registrar tus ciclos
A fin de autoconocerte, es importante que confecciones un diagrama lunar (ver modelo más abajo) que sirve para registrar en él las cuatro fases lunares. La numeración del 1 al 28 representa el total de días de las fases de la luna. En la circunferencia siguiente (frente al 1) colocaremos la fecha de nuestro primer día de menstruación y en la circunferencia más externa y de mayor tamaño anotaremos resumidamente nuestros estados de ánimo, sensaciones físicas, sueños, pensamientos, visiones…
Conforme vayas registrando tus ciclos, podrás darte cuenta de qué patrones se repiten según la fase y así tendrás la oportunidad de conocer tu mejor potencial en cada una de ellas para crearte una vida plena.
Fuente Original: https://www.espacioaquaaura.com
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