Con apenas tres meses de vida Lilith nos va mostrando sus primeras enseñanzas sin necesidad de palabras, mucho menos de grandilocuentes charlas ni que decir de debates filosóficos… pues en sus principios retumban tanta verdad como los siete principios herméticos del gran Hermes Trismegisto, pero con una gran diferencia, son tan sencillos como la vida misma.
Tan solo hay que estar atento y abierto para querer aprender de quienes creemos ser personas aún inmaduras, he intentado esquematizarlos bajo mi coartado raciocinio de adulto, podrían quedar así:
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La vida hay que vivirla cada momento, de instante en instante.Ni existe el pasado (al abrir los ojos y verse aparentemente sola puede lloriquear y en el mismo instante que rodea su carita y nos ve junto a ella, una sonrisa le inunda el rostro) ni mucho menos el futuro, proyección mental de los adultos.
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La sonrisa y la alegría de vivir no necesita del raciocinio.Sobran los porqués ni el sentido para la risa que es una constante mientras ninguna dolencia le afija.
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El lenguaje del bebé se aprende en un día.Tal como la música, el lenguaje del bebé es universal, al no estar basada en la razón sino en el sentimiento con quejíos, expresiones y poco mas, nos entendemos sobradamente.
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Pocas necesidades materiales.Mas allá del alimento que le proporciona la madre, el aseo y el abrigo para cuando hace frío lo demás, está de sobra,Está de sobra los cuartos gustosamente adornados, los carritos de paseo supersónicos, los parques repletos de juguetes sin quien compartirlos, las cunas espléndidas con las que no pueden compartir sus sueños… todo les sobra y parece que todo nos hace falta a nosotros para aliviar nuestras mentes adultas.
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Lo mas valioso es sentirse rodeado, mimado, amado…Las necesidades sobrantes expuestas antes sobran porque se suplen con los brazos, las acaricias, los cuchicheos, los besos, los “ayyyyyy que te voy a comer”, las pedorretas… en fin todas esas cosillas que solo nos cuestan tiempo, el bien mas caro de esta sociedad estresada, por ello es impagable para los bebés sentirse cercanos a los “suyos”.
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La falta de sentido del sentimiento de rencorSi los adultos nos hemos preguntado a menudo para qué sirve el rencor, nos es tan fácil descubrirlo, observando sus enseñanzas nos muestran para qué no sirve, si lloran porque desean algo y por tu inexperiencia te equivocas una y otra vez haciéndole lo que no quieren, no les importa ya darás con la opción adecuada y si has decidido ser de ese tipo de padre y madre que los dejan llorar, poniéndolos en habitaciones separadas, no escuchándolos… ignorándolos, aún así ellos son felices cuando vuelven a ver el rostro de sus padres.
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Nada hay mas fácil que recuperar el alma infantil que nos robaron a los adultos.Conforme van pasando los años los hábitos y actitudes implantados en la actual sociedad nos van coartando nuestra inocencia, creatividad, ilusiones… ¡nuestra alegría de vivir! Y Lilith junto a los demás bebés intentan recuperar esa esencia perdida u olvidada.
Supongo que muchos padres y madres han sentido estas enseñanzas con sus hijas/os, pues todas las personitas vienen para recordarnos la esencia de la vida, la alegría de vivir, para que volvamos a nuestros orígenes, a pensar menos y actuar mas conforme a lo que sentimos, queremos y disfrutamos.
Y una y otra vez vienen para recordárnoslo porque una y otra vez nos encaprichamos las personas que nos autodenominamos adultas en querer olvidarlo, tengan bien presente estos principios, los bebés vienen para enseñarnos.