Con esa pregunta, el director ecijano Jesús Armesto, (con el que tuve la suerte de compartir una tarde de correrías por las calles estrechas de Córdoba cuando inauguró su obra ampliamente premiada “El Cuento de las dos Orillas”) quiere generar un proyecto audiovisual que permita llevarnos a una reflexión que a mí ya me la ha producido sin estar filmada, mucho menos, enmaquetada.
¿A dónde miran las estatuas? Y no estamos hablando de cualquier estatua, nos referimos a las que van ancladas en los pasos procesionales recubiertos de oro, ornamentaciones y talles de madera.
Hagamos un ejercicio de memoria: recuerden un momento procesional, paren la imagen, ¿Que ven?
Mi visión es que bajo ese palio, el pueblo, los parias, o como se decía no hace mucho tiempo, las gentes de “dudosa” conducta, aguantan la carga a base de dolores en hombros y espaldas, mientras aprietan sus dedos para que no se les escape la poca miseria que les queda, con humildad, la misma con la que Cristo vino a redimirlos.
A ambos lados del palio, casi atrincherados, se encuentran el resto del pueblo buscando consuelo al contemplar la injusticia sufrida por la estatua allí mecida. Mientras, en palcos, butacas y balcones VIP, pagados por adelanto, gentes de “bien” contemplan, se dan golpes de pecho, aprietan un rosario entre sus dedos, e intentan contener que unas lágrimas resbalen por sus mejillas mientras ostentan su poder, poder como la Iglesia misma, que es quien guía este pasillo de comedias, que permite perpetuar este status quo, bueno, no nos engañemos, no lo permite, trabaja en pos de ello, y que quede claro cuando menciono a la Iglesia lo hago como Institución, no me refiero a muchas de las personas que ocupan las bases de la misma, que trabajan codo con codo en América Latina. África, India… y por supuesto España.
¿Por qué no se miraran la Iglesia y los ostentosos a sí mismos? ¿Quizás no quieran encontrase con su amada hipocresía?
¿Cuando miraran los cargadores para delante? ¿Cuando verán quienes los guían en ese arduo camino?
¿Cuando dejará el pueblo de contemplar la injusticia sufrida por la estatua en el pasado para comprender la injusticia presente de sus amigos y hermanos que portan allí debajo?
Y mientras tanto… ¿A donde miran las estatuas?