La discriminacion positiva es machista


Aclaración: antes de que mas hombres heridos por sus sentimientos me escriban personalmente para preguntarme porqué excluyo a los hombres de mis escritos deseo explicar que este como todos mis escritos anteriores están desarrollados por el uso del femenino al abarcar el plural como método de lenguaje inclusivo, por considerar que ante todo somos personas, por ello el plural queda expuesto en femenino porque me dirijo a todas aquellas personas que lean este escrito.

De igual forma, espero que no haya más mujeres (y hombres) que me tilden de machista, marichulo o ignorante por no compartir la estrategia-conducta mayoritaria, espero que se respete mi visión aunque no se comparta, esta es una postura más a debatir sin dogmatismos y/o posicionamientos sectarios…

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Ningún dogmatismo es positivo para crecer y evolucionar como personas o sociedad, ni todas las mujeres son “buenas o malas”, ni tampoco todos los hombres son “buenos o malos” ni siempre son unas las victimas y otras las verdugas. Ni mucho menos somos todos machulos por no creer en la discriminación positiva como argumentan las defensoras de esta corriente que intenta demonizar a quien no piense como ellas. Haciendo el mismo juego que tanto les gustan en las esferas políticas de ¡Y tú mas!

En permacultura el segundo principio ético en el que nos fundamentamos es el “Cuidado de las Personas”: Cuidate a ti misma, cuida a tu familia, cuida a tu comunidad.

Siempre avanzamos desde nuestro interior (centro – zona 0) hacia el exterior (perímetro- zona 5), por ello no hablamos tanto de revolución sino de evolución.

Es interesante aclarar dos términos parecidos pero no iguales, para nada, en su praxis:

  • Principio de género: es un pensamiento-ideología que pretende a través de unos condicionamientos culturales y sociales imponer a cada persona un rol-patrón a vivenciar en base a su condición sexual de nacimiento, es decir, haber nacido con vagina o pene básicamente…
  • Principio de generación: es una ley universal que muestra que la generación masculina tiende (no obligatoriamente, ni muchos menos siempre) a tener unos ciertos condicionamientos conductuales debido a su sexualidad, básicamente en la reproducción. El principio masculino es el que “expande-eyacula” podemos observarlo en cualquier especie humana, animal o vegetal y el principio femenino “integra-concibe-¡transmuta!”.

El principio de generación era aceptado como parte de su cosmovisión social en sociedades ancestrales y tribales que se vislumbra de una u otra forma, fácilmente estudiables en todas sus representaciones místicas o de rituales llevando a un modo de relacionarse consigo misma y con su entorno. Desgraciadamente en un momento histórico de la humanidad algunos “señores” decidieron usar el principio de generación para crear el concepto de principio de género creando una “Discriminación positiva” hacia las personas de sexualidad masculina a través del sistema patriarcal e ideología machista que instauraron, imponiendo y sometiendo a la mitad de la población a un status de inferioridad por el simple hecho de nacer con vagina. Así que efectivamente, la «discriminación positiva no es algo «nuevo» que se haya inventado para poder emancipar a la mujer de la opresión que lleva lastrando durante siglos o milenios, solo es una inversión en la actualidad de la conducta patriarcal.

Tras siglos manteniendo este status ambas partes, hombres y mujeres, opresoras y oprimidas, por fin se visualiza un movimiento importante de personas que impulsadas por las sexualidad femenina (mujeres) y acompañadas en mayor o menor proporción por la sexualidad masculina (hombres) van reclamando unas relaciones igualitarias, dignas y justas para todas las personas sea cual sea su condición sexual.

Me entusiasma enormemente esta autodeterminación a conseguir estos principios de justicia social, pero quiero vislumbrar desde la critica constructiva lo que entiendo como dos pilares erróneos del movimiento feminista que nos lleva a acercarnos a pautas de conductas machistas:

  • El “victimismo” como sentimiento integrado en la persona:

En otras ocasiones he hablado del victimismo que ha sufrido el hombre dentro del sistema patriarcal, muriendo en guerras capitalistas por el hecho de ser hombre y estar obligado a ir a salvar “su” patria (violencia de genero), no expresando emociones a nivel social (micromachismo)… pero no se trata de poner en una balanza quién o qué parte a sufrido más. Estoy seguro que lo realmente importante es empoderarnos como personas y para ello debemos soltar esas actitudes victimarias porque mientras estén solapadas a nuestra forma de pensar y actuar estaremos involuntariamente renovando, reviviendo y por lo tanto perpetuando este sistema injusto. No trato de negar o invisibilizar una realidad, sino de transmutarla. Es evidente que actualmente la violencia física, psíquica y estructural se ceba con las mujeres y eso debemos cambiarlo entre todas. Ayer vi una entrevista a Ana Bella y su fundación que fue bastante esperanzadora a este respecto, ella no se define como “victima” sino como “superviviente” porque en lugar de pertenecer al sexo débil como aboga el ideario machista y mantenerse en ese status opta por ser fuerte y transformarse: a ella y a su entorno. Realizando una labor incomiable hacia las mujeres que sufren el mayor grado de injusticia con el actual sistema: la violencia física. En definitiva lo que deseo realzar es la necesidad no de invisivilizar o mirar hacia otro lado con respecto a las distintas formas de violencia, opresión y sumisión que sufren las mujeres como colectivo sino de cómo abordar esta situación, entiendo que una estrategia actitudinal de abordarlo como refleja la fundación de Ana Bella facilita transmutar a esa víctima en una persona guerrera, luchadora, que se empodera de su vida.

  • La “Ley de discriminación positiva” como eje vertebrador de la políticas sociales:

En lo que respecta al cuidado de las personas, es tema realmente importante como nos relacionamos en igualdad respetando nuestra diferencias personales (sexuales, de genero, trans…), por desgracia, debido a la gran carga opresora recibida por las personas de sexualidad femenina a lo largo de la historia patriarcal-machista ahora vemos como desde el Estado y agentes sociales feministas «de Estado» o “progres” se vinculan estrechamente a esta ley que ha conseguido calar en la conciencia de las personas a tal nivel que además de crear injusticia social pero “legislativa” cuando por ejemplo un matrimonio hetero se divorcia y no se contempla la situación determinada de esa relación, o por obligación hay que incluir a una persona por su condición sexual (mujer) en un determinado puesto de lo que llaman en esta sociedad “poder” (sin determinar los méritos), para poder el techo de cristal…

¿Es que acaso, no somos suficientemente inteligentes como personas para llegar a la equidad sin mecanismos de discriminación sino de justicia social?. Por ejemplo, se podría contemplar que los porcentajes de nuevos contratos de un sector estén basados en los porcentajes de estudiantes del mismo, es decir, por poner un ejemplo al uso: Si en ciencias empresariales existe un 60% de mujeres que terminan la carrera frente a un 40% de hombres, pues los nuevos contratos deben estar en consonancia con esa realidad.

Seguro que un mecanismo de inclusión como este facilitaría más al colectivo femenino que el actual y lo mas importante se estaría educando a las personas no a discriminar sino a aceptar pautas de justicia social.

Continuando… Desde lo explícitamente social han conseguido con el concepto actual de discriminación positiva que si te separas de tu compañera sentimental automáticamente la mujer pase a ser la “pobre victima” a la que hay que apoyar y el hombre el que: “algo habrá hecho…” hasta tal punto está penetrando este pensamiento en la sociedad que en 2015 se puso en marcha una campaña para pedir la custodia exclusiva de las crías por parte de la madre, hasta que el padre no demuestre ser válido para custodiar, es decir, se parte de la premisa de que todas las madres son buenas cuidadoras y de que todos los hombres son malos cuidadores hasta que no se demuestre lo contrario, ya que en esta sociedad la presunción de inocencia solo responde a una farsa teatral. Esto es evidentemente injusto, podría no parecerlo en la sociedad española del franquismo, pero en la actual década en la que estamos, donde muchos hombres se están incorporando al proceso de crianza desde la paternidad consciente y muchas mujeres no desean vivenciar la maternidad porque creen en el principio liberador capitalista de que solo son libres si pueden trabajar para tener sostenimiento económico (ser como el hombre de la era franquista española o la típica imagen de mujer enseñando músculo con ropa, mirada y pose totalmente «varonil» según la perspectiva patriarcal), es además de ser visiblemente más injusto, una estrategia nefasta para la parte de la población masculina que desea caminar hacia la igualdad y sienten como desean desde sectores dominantes del otro sector que no sea así.

Imagen referente en el movimiento feminista, el poder femenino ¿Masculinizado? La libertad y la igualdad no se conquista por ser igual que otra persona (hombre en este caso) sino por vivir tu vida en base a tu pleno sentir… Sin restricciones conductuales por roles de genero ni de ningún otro tipo.

Si nos esforzamos en combatir la discriminación con mas discriminación lo único que conseguimos es más conflicto, crear esos sectores-divisiones que tanto anhelan ciertas posiciones de poder para que en lugar de aunarnos para un bien común persistamos en la disputa.

Han sido bastantes las injusticias sociales que he visto en mi entorno y hasta en mi persona (y que no voy a relatar por no poner nombres y apellidos) motivados por estos dos puntos anteriores que han desarrollado personas que se consideran “Revolucionarias” o “progres” o como cada cual se desee identificar. Lo que yo me pregunto es:

Si con la actitud victimista perpetuamos ese rol-patrón y con la ley de discriminación positiva continuamos generando discriminación ¿Hacia qué modelo social estamos caminando? ¡La discriminación positiva ya la idearon para sustentar el ideario patriarcal! ¿Vamos a continuar manifestando esta actitud y posicionamiento ante nuestras relaciones?

En mi caminar hacia una sociedad justa y un cuidado de las personas no caben discriminaciones, se apelliden como se apelliden (positiva, negativa…), fundamentalmente porque considero que perpetuar la discriminación aunque provenga de voces feministas es perpetuar el machismo.

Lo que relato no es fruto de una reflexión sin conocimiento previo, he sido agente de igualdad durante un tiempo, he impartido clases en la escuela sobre igualdad, crio a dos hijas a las que formamos en el empoderamiento y la libertad personal… no por ser chicas, sino por ser personas y por supuesto eso significa adecuar el aprendizaje por los obstáculos que su femeneidad pueda conllevar en la actual sociedad. En fin, espero que por mantener la postura que planteo no se me vuelva a acusar de ser un marichulo, machista o ignorante, de hecho que se me acuse de eso lo veo como una parte muy «deficitaria» de la actitud que me trata de imponer otra visión, sencillamente prefiero fomentar otras herramientas-actitudes para el empoderamiento de todas las personas, y ello no significa que me crea con la verdad absoluta o con un dogma cerrado, intento cambiar la perspectiva para mejorarla desde mi enfoque.

Termino con el desarrollo del principio ético permacultural “Cuidar de las personas” que generé para UPP:

principios-eticos-permacultura

Los tres principios éticos son: Cuidar de la Tierra y la Naturaleza, Cuidar de las Personas y Compartir Justamente

Si las necesidades de las personas se satisfacen de manera simple y compasiva, el entorno que los rodea prosperará.

El icono de las dos personas juntas, representa la necesidad del compañerismo y el esfuerzo comunitario para crear cambio. El cuidado de las personas empieza por nosotras mismas como personas íntegras, pero se expande para confluir con nuestras familias, vecinas, comunidades locales y regionales. El desafío es crecer y evolucionar con seguridad y responsabilidad personal.

La seguridad es posible cuando nos enfocamos en el bienestar no material, cuidándonos a nosotras mismas y a las demás sin producir ni consumir recursos materiales innecesarios. Responsabilizarnos de nuestra situación, en vez de culpar a las demás nos permite empoderarnos de nuestros hábitos y actitudes y si no nos acostumbramos a resultados específicos, nos podemos enfocar a corregir el proceso y llegar a la mejor solución para todas las involucradas.

La propuesta de la permacultura es enfocarse en lo positivo, las oportunidades que existen en vez de los obstáculos, hasta en las situaciones más desesperantes. Ya nos lo dice las frases permaculturales «En el problema esta la solución» o «El problema es la solución». No obstante es interesante asumir los obstáculos que nos plantea la vida no como una carga pesada, sino como una oportunidad de comprobar hasta donde somos capaces de crecer y evolucionar.

Si para llegar a un fin virtuoso existen caminos virtuosos, para llegar a una sociedad justa tenemos inteligencia y herramientas justas para llegar a ella.

¿Y tú qué opinas?

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