Si se define la inteligencia como la capacidad de resolver problemas, las plantas tienen mucho que enseñarnos.
https://www.rtve.es/play/videos/redes/la-inteligencia-de-las-plantas/989209/
No tienen ojos, narices, ni oídos, pero dependen de sus sentidos, en formas que la ciencia sólo ahora está comenzando a comprender.
«Las plantas pueden parecen inertes, pero viven en un mundo muy sensorial», dijo a BBC Mundo Daniel Chamotivz, director del Centro Manna para la Biociencia de la Plantas en la Universidad de Tel Aviv.
Chamovitz es el autor del libro «Lo que una planta sabe», en el que el científico reúne investigaciones que revelan un mundo desconocido para muchos.
«La mayoría de la gente se sorprende al saber que las plantas pueden diferenciar entre el rojo y el azul o responden al tacto», dijo Chamovitz.
¿Puede decirse que las plantas tienen cinco sentidos como los seres humanos?
«Responden a sustancias químicas en el aire, a señales de luz. Sí podemos decir que ven, huelen y responden al tacto, siempre que recordemos que al usar esos términos no estamos diciendo que experimentan el mundo de la misma forma que una persona».
Luz y tacto
Chamovitz señala que así como los seres humanos tienen fotorreceptores en sus ojos que permiten ver, las plantas tienen sus propios fotoreceptores en hojas y tallos.
Estos receptores les permiten distinguir entre rojo y azul e incluso diferenciar longitudes de onda que nosotros no tenemos la capacidad de distinguir.
«Hay un tipo de fotorreceptor que compartimos. Durante el día, los criptocromos en las células diferencian la luz azul y ultravioleta, usando esta señal para marcar el reloj interno y el ritmo circadiano. En las plantas, este reloj regula muchos procesos, como los movimientos de las hojas y la fotosíntesis».
Las plantas también habitan un mundo táctil, respondiendo por ejemplo al frío y al calor moderando su uso de agua o su ritmo de crecimiento.
La sensibilidad táctil es evidente en la planta carnívora conocida como Venus atrapamoscas, Dionaea muscipula, que no se cierra ante cualquier estímulo.
«Deben ocurrir al menos dos contactos con los pelos en el interior de la trampa separados por unos 20 segundos. Esto ayuda a asegurar que la presa es del tamaño ideal y no se escapará».
Chamovitz señala que «el mecanismo por el que la Venus atrapamoscas siente a su presa es similar al que me permite sentir un insecto que sube por mi brazo. En el caso de las personas, receptores de tacto en la piel activan una corriente eléctrica que pasa por los nervios hasta llegar al cerebro que instiga una respuesta. En el caso de la planta, el contacto induce una corriente que se irradia por las hojas, lo que a su vez activa canales de iones en la membrana de las células haciendo que la trampa se cierre, todo en menos de una décima de segundo».
Vibraciones
Las plantas también pueden detectar sonidos.
Investigadores del Instituto de Ciencias Botánicas en Berna, Suiza, grabaron recientemente vibraciones ultrasónicas que emanaban de pinos y robles durante una sequía, tal vez alertando a otros árboles a prepararse para condiciones de escasez de agua, señaló Chamovitz.
Y Stefano Mancuso, del Laboratorio Internacional de Neurobiología de las Plantas en la Universidad de Florencia, Italia, y sus colegas, están comenzado a aplicar estándares rigurosos al estudio de la audición en estos organismos (Trends in Plant Sciences, vol. 17, p. 323).
«Sus resultados preliminares indican que las raíces de maíz crecen en dirección a vibraciones de frecuencias específicas. Y es más sorprendente aún su constatación de que las raíces mismas también podrían estar emitiendo ondas de sonido».
El científico también señala que, al igual que nuestras lenguas contienen receptores para distintas moléculas en alimentos, las plantas tienen receptores para moléculas solubles. Y cita el caso de una planta parásita, la cuscuta, que casi no contiene clorofila y huele a sus potenciales victimas.
Primas lejanas
Para Chamovitz, «cuando miramos a una planta debemos verla como una vieja prima lejana. Hace dos mil millones de años las plantas y los humanos evolucionaron de las mismas células. Unas tomaron un camino y otras otro, pero la biología básica es la misma».
Entender en mayor profundidad el mundo sensorial de las plantas es además vital para nuestro propio futuro, según el investigador.
«Pensemos que las plantas están viendo luz, oliendo aromas, distinguen arriba y abajo e integran toda esta información sin tener un cerebro. ¿Cómo lo hacen? Esta es una de las preguntas increíbles que debemos comprender».
Hacerlo es fundamental, según el científico, ya que «toda nuestra vida depende de las plantas»: respiramos el oxigeno liberado por las plantas, nos alimentamos de ellas, nos vestimos con productos obtenidos a partir de ellas, viajamos en vehículos que funcionan con combustibles de plantas fósiles y nos curamos con medicinas derivadas de plantas.
«Y con un mundo que en 2050 tendrá 9.000 millones de habitantes, con menos agua, fertilizante, tierra disponible, menos de todo, ¿cómo vamos a cultivar suficientes plantas para satisfacer nuestras necesidades si no entendemos cómo responden al ambiente que las rodea?».
La Vanguardia (entrevista de Ima Sanchís)
Sorpréndame.
Las plantas son organismos inteligentes, pero se mueven y toman decisiones en un tiempo más largo que el del hombre.
Lo intuía.
Hoy sabemos que tienen familia y parientes y que reconocen su cercanía. Se comportan de manera totalmente distinta si a su lado hay parientes o hay extraños. Si son parientes no compiten: a través de las raíces, dividen el territorio de manera equitativa.
¿Un árbol puede voluntariamente mandar savia a una planta pequeña?
Sí. Las plantas requieren luz para vivir, ypara que una semilla llegue a la luz deben pasar muchos años; mientras tanto, son nutridas por árboles de su misma especie.
Curioso.
Los cuidados parentales sólo se dan en animales muy evolucionados y es increíble que se den en las plantas.
Entonces, se comunican.
Sí, en una selva todas las plantas están en comunicación subterránea a través de las raíces. Y también fabrican moléculas volátiles que avisan a plantas lejanas sobre lo que está sucediendo.
¿Por ejemplo?
Cuando una planta es atacada por un patógeno, inmediatamente produce moléculas volátiles que pueden viajar kilómetros, y que avisan a todas las demás para que preparen sus defensas.
¿Qué defensas?
Producen moléculas químicas que las convierten en indigeribles, y pueden ser muy agresivas. Hace diez años, en Botsuana introdujeron en un gran parque 200.000 antílopes, que comenzaron a comerse las acacias con intensidad. Tras pocas semanas muchos murieron y al cabo de seis meses murieron más de 10.000, y no advertían por qué. Hoy sabemos que fueron las plantas.
Demasiada predación.
Sí, y las plantas aumentaron hasta tal punto la concentración de taninos en sus hojas, que se convirtieron en un veneno.
¿Las plantas también son empáticas con otros seres?
Es difícil decirlo, pero hay una cosa segura: las plantas pueden manipular a los animales. Durante la polinización producen néctar y otras sustancias para atraer a los insectos. Las orquídeas producen flores que son muy similares a las hembras de algunos insectos, que, engañados, acuden a ellas. Y hay quien afirma que hasta el ser humano es manipulado por las plantas.
¿. ..?
Todas las drogas que usa el hombre (café, tabaco, opio, marihuana…) derivan de las plantas, ¿pero por qué las plantas producen una sustancia que convierte a humanos en dependientes? Porque así las propagamos. Las plantas utilizan al hombre como transporte. Hay investigaciones sobre ello.
Increíble.
Si mañana desaparecieran las plantas del planeta, en un mes toda la vida se extinguiría porque no habría comida ni oxígeno. Todo el oxígeno que respiramos viene de ellas. Pero si nosotros desapareciéramos, no pasaría nada. Somos dependientes de las plantas, pero las plantas no lo son de nosotros. Quien es dependiente está en una situación inferior, ¿no?
…
Las plantas son mucho más sensibles. Cuando algo cambia en el ambiente, como ellas no pueden escapar, han de ser capaces de sentir con mucha anticipación cualquier mínimo cambio para adaptarse.
¿Y cómo perciben?
Cada punta de raíz es capaz de percibir continuamente y a la vez como mínimo quince parámetros distintos físicos y químicos (temperatura, luz, gravedad, presencia de nutrientes, oxígeno).
Es su gran descubrimiento, y es suyo.
En cada punta de las raíces existen células similares a nuestras neuronas y su función es la misma: comunicar señales mediante impulsos eléctricos, igual que nuestro cerebro. En una planta puede haber millones de puntas de raíces, cada una con su pequeña comunidad de células; y trabajan en red como internet.
Ha encontrado el cerebro vegetal.
Sí, su zona de cálculo. La cuestión es cómo medir su inteligencia. Pero de una cosa estamos seguros: son muy inteligentes, su poder de resolver problemas, de adaptación, es grande. Hoy sobre el planeta el 99,6% de todo lo que está vivo son plantas.
… Y sólo conocemos el 10%.
Y en ese porcentaje tenemos todo nuestro alimento y la medicina. ¿Qué habrá en el restante 90%?… A diario, cientos de especies vegetales desconocidas se extinguen. Tal vez poseían la capacidad de una cura importante, no lo sabremos nunca. Debemos proteger las plantas por nuestra supervivencia.
¿Qué le emociona de las plantas?
Algunos comportamientos son muy emocionantes. Todas las plantas duermen, se despiertan, buscan la luz con sus hojas; tienen una actividad similar a la de los animales. Filmé el crecimiento de unos girasoles, y se ve clarísimo cómo juegan entre ellos.
¿Juegan?
Sí, establecen el comportamiento típico del juego que se ve en tantos animales. Cogimos una de esas pequeñas plantas y la hicimos crecer sola. De adulta tenía problemas de comportamiento: le costaba girar en busca del sol, le faltaba el aprendizaje a través del juego. Ver estas cosas es emocionante.
ABC (Entrevista de Pilar Quijada)
Stefano Mancuso es profesor asociado de la Universidad de Florencia y dirige el laboratorio internacional de Neurobiología Vegetal. Estuvo en España hace unas semanas para presentar su libro “Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal”, editado por Galaxia Gutenberg. Rodeado de cierta polémica por parte de sus colegas del mundo vegetal, Mancuso impartió una conferencia en el Real Jardín Botánico de Madrid retransmitida por TEDxGran Vía. Entre los puntos en discordia destaca el término “neurobiología vegetal», ya que, argumentan sus colegas, las plantas carecen de sistema nervioso, y también el concepto mismo de inteligencia vegetal. En su conferencia Mancuso desmitificó algunas creencias sobre las plantas y abrió otros interrogantes en el auditorio.
-Me ha llamado la atención el término “neurobiología” vegetal. ¿Significa esto que las plantas tienen un sistema nervioso?
-No. Ese término nació para indicar que en el ámbito vegetal se pueden aplicar las mismas técnicas que en las neurociencias. Las plantas no tienes neuronas, ni nervios, pero si consideramos que las neuronas del cerebro de los animales son células que producen y transportan señales eléctricas, en las plantas la mayoría de las células ejercen este tipo de función. Y si nos fijamos en la raíz, vaemos que hay una producción mayor que en el resto de la planta de células que transmiten señales eléctricas, por lo que sí que hay similitudes entre los dos reinos.
-Defiende que las plantas tienen inteligencia, ¿como define esa inteligencia vegetal?
-No hay diferencias entre la inteligencia de animales y plantas. El problema de la inteligencia es su definición. Solemos limitarla al ámbito humano o a animales parecidos al ser humano, pero creo que eso limita un fenómeno biológico más amplio. Yo la defino como la capacidad de resolver problemas. Si vemos así la inteligencia, todos los seres vivos han de solucionar problemas. Y si no, la evolución hace que desaparezcan. La inteligencia es una propiedad de la vida que todos los seres vivos deben tener para sobrevivir.
-Eso, en términos darwinianos, sería la capacidad de adaptación…
-Podría ser, en un cierto sentido. Pero a diferencia de la capacidad de adaptación darwiniana, que requiere mucho tiempo, la inteligencia se considera en el transcurso de una vida. Darwin define la inteligencia como una herramienta que se desarrolla a lo largo de la vida, y mi idea es muy parecida a la de Darwin. Es algo que está tanto en las bacterias como en los hombres, pero difiere en cantidad.
-Asegura que las plantas duermen. ¿Cómo lo hacen?
-Las plantas duermen de forma muy parecida a los animales. Tienen un ciclo diurno, activo, y otro nocturno, de descanso. También hay plantas que son nocturnas, como algunos animales, y los ciclos van al revés. La fase de descanso de las plantas tiene las mismas características que en los animales. Por ejemplo, no tienen sensibilidad del entorno. Incluso las posiciones de descanso son parecidas. Muchas plantas cierran sus hojas o las colocan en una posición distinta. Y, como los animales, a medida que cumplen años necesitan menos sueño. Hay diferencia en la cantidad de sueño que necesitan las plantas jóvenes y las más mayores. Y también es un tema de genes que se activan de forma diferente, igual que ocurre con los animales.
-Pero no sueñan, que sepamos…
-No, eso no (ríe).
-¿Qué función cumple el sueño en las plantas?
-Por qué dormimos no lo sabemos con certeza. Tampoco en las plantas. A menudo lo relacionamos con la actividad cerebral pero no hay ninguna prueba científica y suelen ser teorías. Las plantas no tienen cerebros, pero sus procesos son similares a los de los animales.
-Hay mucha gente que toca las plantas porque cree que transmiten energía positiva, ¿es cierto?
-Si se toca una planta pequeña, de las de casa, a la planta no le gusta nada. Un experimento sencillo puede servir para demostrarlo. Se ponen un par de habas en agua, para que germinen. A una la tocamos un minuto al día y a la otra no. Al cabo de dos semanas podemos observar que la que hemos tocado ha crecido menos. Respecto a tocar o abrazar los árboles, no hay ninguna prueba científica, pero sí entiendo que puede ser positivo para la psique ese contacto con la naturaleza.
-¿Sirve de algo hablar a las plantas?
-No. Se hizo un experimento en el que se leían libros a una serie de plantas y a otras no y se comparaba su crecimiento. No había diferencias significativas entre ambos grupos. Y eso que los autores eran buenos [bromea]. Sólo hubo una pequeña diferencia cuando les leyeron un fragmento de Darwin. Crecieron más deprisa. Pero no era significativo. [De nuevo bromea] Podría significar que lo que oían no les gustaba y querían escapar, por eso crecían más deprisa, explica riendo.
-¿Y ponerles música?
-Las plantas no pueden apreciar ningún tipo de música. Perciben solo vibraciones y frecuencias. Y prefieren las más bajas, las más comunes en la naturaleza, entre los 100 y 400 hertzios, que sonaría como la sirena de un barco. Cuando hablo de preferencias, me refiero a que al poner una fuente de sonido de 300 hertzios, las raíces de las plantas tenderán hacia esa fuente de sonido.
-¿Por qué?
-Esa frecuencia, en torno a 300 hertzios, es parecida a la que produce el agua que fluye. Una posibilidad es que asocien esta frecuencia con la presencia de agua.
-¿Una especie de búsqueda de agua guiada por el sonido?
-Sí
-Un poco de ciencia ficción. ¿Una planta puede detectar a un asesino, como sugería una película de detectives de hace años, y temblar de miedo cuando le ve?
-(Ríe) Recuerdo esa película y creo que era italiana. Pero no es verdad. Las plantas no tienen posibilidad de reconocer a las personas, ni tampoco a un asesino.
-¿Tienen sentimientos, sienten miedo, por ejemplo?
-Depende. Sentimientos en términos humano, no. Pero como forma de comportamientos de las plantas, en este caso sí. Por ejemplo, si ponemos plantas de la misma familia a crecer juntas vemos unos comportamientos diferentes que si no pertenecen a la misma familia. Pero si hablamos de sentimientos como miedo, antipatía, odio, en ese caso, no.
-¿Sienten dolor?
-Las plantas están diseñadas para ser comidas y el dolor es un mecanismo de defensa de los animales para huir del peligro. Las plantas no pueden moverse. No creo que sientan dolor, pero no hay evidencias en un sentido u otro.
-Dice que las plantas tienen nuestros cinco sentidos, más otros diez. Podemos entender el tacto, porque las tocamos y reaccionan, como las mimosas; o el oído, por medio de vibraciones, como ha explicado. ¿Pero y el olfato/gusto y la vista?
-Las plantas ven la luz y sus diferentes cualidades. Huyen de la luz azul, por ejemplo, porque representa la sombra, y prefieren la amarilla y roja, propia del sol.
-Habla de vida social de las plantas y cuidados de padres a hijos, ¿cómo es posible esto?
-La vida social de las plantas es muy activa. Como no pueden moverse, tienen que tejer unas relaciones sociales útiles con las plantas vecinas. Hablamos de colaboración o avisos de amenazas. Por ejemplo, hablando de los hijos, se ha visto que les proporcionan cuidados muy largos en el tiempo. Si imaginamos una semilla que cae en un bosque, que puede ser un lugar muy oscuro, antes de que pueda crecer y llegar a la luz del sol para hacer la fotosíntesis. Puede pasar un periodo de 10 a 20 años, en los que la planta necesita cuidados, porque no tiene autonomía, y esos cuidados se los proporcionan las plantas de su mismo clan que están cercanas, a través de las raíces, hasta que pueda hacerlo por sí misma.
-¿Si he entendido bien, otros miembros de su clan, alimentan a las plantas jóvenes?
-Sí. Les pasan savia. Hay un ejemplo muy bonito. Hace algunos años en un bosque Canadá se protegió el sistema radical de un abeto, pero la planta no podía alcanzar el agua y los nutrientes y se creía que iba a morir en poco tiempo. Sin embargo, vivió cerca de 5 años, y eso fue por los nutrientes que le pasaban las plantas que tenía alrededor. Y esto es algo excepcional que es muy difícil encontrar en el mundo animal.
Quizás te interese:
Pingback: Alelopatía (Asociando plantas para nuestros cultivos) - Universidad Popular de Permacultura