A menudo las personas que comienzan a caminar por los caminos permaculturales tras leer algún libro o articulo relacionado con esta cosmovisión comienzan a generar unos dogmas de fe que ni se sustentan por sí solos ni a mi entender lo pretende la Permacultura cuando nos alienta a “Usar y valorar la diversidad”, “Usar y responder creativamente al Cambio” y sobre todo el lema“¡Diseñar no es Copiar!”.
De las frases que mas habitualmente he escuchado es: “pero… en la permacultura: ¡no se trabaja!”. Me gustaría conocer a alguna permacultora que se siente en su sillón y el espacio se diseñe por sí solo, la sucesión natural se acelere por sí sola y se obtenga un rendimiento por si solo. Para llegar a una causa debemos iniciar un efecto, es la ley universal de la Causalidad, una cosa es “dejar hacer a la naturaleza” como nos instruye Masanobu Fukuoka y otra creerse que el maestro vivencial solo estuvo sentado a la sombra viendo como cambiaba el espacio que heredó de su familia y que estaba fuertemente esquilmada por una agricultura destructora del ecosistema imperante…
Dejar hacer a la naturaleza nos lleva a trabajar a favor de ella, no en su contra y en la medida de lo posible permitir que el gasto energético lo realice el propio ecosistema, pero Fukuoka entre otras cosas usó bastante energía e ilusión en lanzar semillas que permitiera reverdecer las zonas áridas y que de otra manera no hubieran llegado a esa zona fruto de la pérdida de biodiversidad ocasiona por la acción de la humanidad en los ecosistemas primigenios…
Aún recuerdo como una persona que me llamó para que fuera a diseñar su espacio a un centenar de kilómetros de donde vivo, en una zona donde he deambulado ampliamente en mi infancia me instruía a que él quería el diseño a lo “Fukuoka”, es decir, quería no intervenir en la regeneración del suelo y su ecosistema, pero evidentemente pretendía autogestionar su nutrición.
Para diseñar debemos sopesar los cuatro ámbitos del diseño: Sociales, Abstracto, Sitio y Energías, en base a ello plantearnos qué diseño dictaminar sin copiar el patrón que haya funcionado en otro lugar porque entre otras cosas ni es el mismo espacio con sus condicionamientos ni las mismas personas con sus aptitudes-actitudes, evidentemente otras experiencias pueden servirnos como referencia de aprendizaje pero no como guión dogmático para nuestro diseño.
Además cuando leemos debemos entender plenamente lo leído, a menudo las personas que leen “La Revolución de una brizna de paja” salen con la firme convicción de: “¡No deshierbar!”, pero Masanobu lo que defiende es no mantener el concepto de “malas hierbas”, no hay nada que sea bueno o malo en la naturaleza, todo aporta equilibrio y con respecto a las plantas adventicias debemos controlarlas en oposición a eliminarlas, ¡pero controlarlas! Y sobre todo no usar para ello aperos de labranza o productos herbicidas que por muy ecológicos que los cataloguen realizan un genocidio ecosistemico.
Así que lo dicho, ni la información es conocimiento, ni la permacultura es dogmática.
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