Radiaciones Terrestres 5


¿Qué son las radiaciones terrestres?

detectar magnetismo

Trabajo de medición con alumnos de 4º curso de la ETS arquitectura de la universidad de Sevilla a cargo del radiestesista Pedro Cores, de como diseñaron los romanos sus ciudades teniendo en cuenta las energías telúricas. (Imagen tomada de EcoHabitar)

Las Radiaciones Terrestres son líneas de fuerza del campo terrestre que recorren toda la superficie de nuestro planeta a la manera de un sistema nervioso y son invisibles a simple vista. Existen radiaciones terrestres que, con fines aclaratorios, se pueden clasificar en tres grupos.

En el primero de ellos se puede abarcar a las radiaciones terrestres en general denominadas “Red de Hartman” debido a que fue como resultado de las determinaciones sistemáticas y exactas desarrolladas por el médico alemán Ernst Hartman y su equipo de colaboradores en los años 50 que se descubrió la existencia de una verdadera “red” de radiaciones terrestres.
Estas líneas de radiaciones terrestres tienen un ancho aproximado de 30 cm. y se proyectan de norte a sur cada 1,60 mts, de este a oeste, cada 1,90 mts y, verticalmente, hasta la estratósfera. En el segundo grupo, se puede incluir las radiaciones terrestres denominadas “Red de Radiación diagonal” o “Red Curry” ya que, continuando con las investigaciones iniciadas por el Dr. Hartman, otro médico alemán, Manfred Curry, descubrió la existencia de franjas de radiaciones de 15 cm de ancho orientadas en diagonal con los puntos cardinales, y con una distancia aproximada de 0.85 cm entre sí.
En tercer lugar, no podemos dejar de lado las vetas de agua o ríos subterráneos, que son cursos de agua que recorren el interior de la Tierra pero cuya ubicación no ha podido sistematizarse hasta el momento y que también producen radiaciones nocivas. En pocas palabras, la Tierra se encuentra recorrida íntegramente tanto por líneas de radiaciones Hartman, por líneas de radiaciones Curry, como así también por vetas de agua, que a su vez se cruzan unas con otras, formando precisamente “cruces” de líneas y de líneas con vetas de agua. Por ejemplo, si una línea de radiación Hartman se cruza con otra línea de radiación Hartman, se forma un cruce Hartman; cuando una línea de radiación Curry se cruza con otra línea de radiación Curry, da origen a un cruce Curry. Asimismo, es posible que los cruces Hartman se crucen, a su vez, con cruces Curry y, éstos, con vetas de agua.

¿Por qué nos enfermamos?

A diario, se observa que una gran cantidad de pacientes no responden a los diversos tratamientos prescriptos por los médicos, a pesar de los numerosos estudios de diferente complejidad a los que se los somete. La variedad sintomatológica con la que se presentan varía: en el plano físico, se observan afecciones neurológicas y cardíacas, tumores, reumatismos, úlceras, desrregulación de las funciones orgánicas (digestivas, urinarias, etc.), embarazos con dificultades, jaquecas, cansancio, desgano, desvitalización; en el plano emocional, por otra parte, se observa ansiedad, depresiones, temores infundados, cambios de humor, intranquilidad, y muchas otras enfermedades más.

Sin embargo, no importa la cantidad ni la complejidad de tratamientos médicos a los que se sometan: Mientras continúen durmiendo o pasando extensos períodos de tiempo (por ejemplo, en el lugar de trabajo) sobre radiaciones terrestres de cualquier tipo, no se logrará eliminar esos síntomas y continuarán enfermos. En pocas palabras, pasar gran cantidad de horas, día a dia acostado, sobre radiaciones terrestres, ya sea durmiendo o trabajando, produce una gran cantidad de enfermedades. Esto se debe a que las radiaciones despolarizan las células del organismo interfiriendo en su funcionamiento, eliminan el magnetismo necesario para que se mantengan sanas y, en consecuencia, se enferman. A su vez, el tipo de enfermedad o patología que se manifieste dependerá de la parte del cuerpo que reciba las radiaciones terrestres, y su gravedad aumentará con la intensidad de las radiaciones, es decir, con la exposición a cruces de radiaciones, en los cuales las radiaciones son aún más potentes. Veamos puntualmente cómo se producen ciertas enfermedades. Por ejemplo, la persona que duerme en una cama que se encuentra ubicada a lo largo de una veta de agua, en poco tiempo puede enfermar de leucemia. Esto es así ya que la radiación provocada por las vetas de agua afectan directamente el flujo sanguíneo, haciendo que – como explicamos previamente – las células se despolaricen y, al no recibir el magnetismo necesario para contrarrestar el efecto nocivo de las radiaciones, no pueden mantenerse sanas. Las esclerosis son la consecuencia de larga exposición a un cruce de líneas de radiación Hartman que, a su vez, se cruza con un cruce de líneas de radiación Curry que se produce a la altura de la columna vertebral. Del mismo modo, está demostrado que el Mal de Alzheimer está provocado por el mismo tipo de cruce pero cuando la zona afectada es la cabeza.

El cáncer y las radiaciones terrestres

Lo expuesto en este artículo se aplica a todas las enfermedades. Según lo expresó el Dr. Hartman, en 30 años de práctica, nunca encontró un paciente con cáncer o seriamente enfermo (a excepción de afecciones causadas por bacterias o virus infecciosos) que no hubiera dormido o permanecido durante largos períodos sobre radiaciones terrestres, lo cual coincide con la considerable investigación llevada a cabo en Alemania en los últimos 50 años: es improbable desarrollar cáncer a menos que se haya dormido o permanecido durante largos períodos sobre radiaciones terrestres. El Dr. Hager de Stetin, médico alemán presidente de la Asociación Científica de Doctores en Medicina, confirmó esta teoría en el 100% de los 5.348 casos de cáncer sobre los cuales llevó a cabo su investigación. El Dr. F. S. Andersen, a cargo de una clínica especializada en cáncer, contrató un radiestesista para registrar los hogares de sus 300 pacientes con cáncer. Los resultados lo sorprendieron: todos tales pacientes, sin excepción, habían dormido, durante un mayor o menor tiempo, sobre fuertes radiaciones terrestres. El cambio de lugar de las camas de dichos pacientes se tradujo en una notable mejoría en el 100% de los casos. Ya en 1929, Gustav Freiherr von Pohl, científico y radiestesista alemán, que como parte de sus investigaciones ideó una escala de 1-16 puntos para medir la intensidad de las radiaciones, demostró en todos sus pacientes que cuando la potencia supera los 9 puntos, las radiaciones constituyen un inductor del cáncer. Estos resultados fueron aprobados por el Comité Central para Búsqueda e Investigaciones del Cáncer, en Berlín, que posteriormente publicó las investigaciones llevadas a cabo por el Dr. von Pohl. En su libro “Radiaciones Terrestres, el factor que causa enfermedades como el cáncer”, el Dr. von Pohl revela, como resultado de las investigaciones que realizó en distintas ciudades de Alemania como Vilsbiburg y Dachau, entre otras, que el 100% de las personas que habían fallecido de cáncer durante los 10 años anteriores, habían dormido en lugares afectados por fuertes radiaciones terrestres.
En su intento por refutar la teoría del Dr. von Pohl, el Dr. Rambeau, Presidente de la Cámara de Medicina de Marburg, no tuvo más que aceptar, después de 3 años de investigación, que el 100% de los pacientes con cáncer bajo su observación habían estado expuestos a radiaciones terrestres y que, evidentemente, la causa de su enfermedad residía en ellas.

Los niños y las radiaciones terrestres

Las radiaciones terrestres afectan al hombre, sin discriminación de edad. En el caso de los niños, se observa muerte súbita, intranquilidad en el sueño, problemas de conducta, incontinencia en la cama, además de los síntomas y las enfermedades que se presentan en los adultos. Respecto de la muerte súbita, que día a día mata a gran cantidad de niños aparentemente saludables, por lo general, menores de un año, según Rolf Gordon, de la Dulwich Health Society de Gran Bretaña, es consecuencia de la exposición a radiaciones terrestres que debilitan y, eventualmente, en dos, tres o tal vez cuatro meses, desconectan las señales del centro respiratorio del cerebro del niño, que deben ser transmitidas en forma continua a los pulmones para que respire. Asimismo, cabe tener en cuenta que la mayoría de las muertes súbitas ocurre durante la noche, momento en el que ha quedado demostrado que aumenta la intensidad de las radiaciones terrestre. Doris Ingemann Rasmussen, una enfermera de mediana edad, estudió el efecto de debilitamiento que producen las radiaciones terrestres en las personas y su notable mejoría cuando sus camas son reubicadas en otro lugar no afectado. Como parte de sus estudios, la enfermera Rasmussen analizó un gran número de casos de bebés nacidos saludables que, al cabo de muy poco tiempo, regresan al médico porque los padres advierten que se “debilitaron” o no pueden dormir cuando se los coloca en sus cunas. En el 100% de los casos, la auxiliar encontró cruces de radiaciones terrestres debajo de las cunas. Con sólo cambiarlas de lugar, los bebés se recuperaron totalmente. La conclusión a la que llegó la Sra. Rasmussen consiste en que las radiaciones terrestres explican muertes para las que, hasta el momento, no se podía establecer causa alguna científicamente. En relación con el sueño en los niños, es evidente que las radiaciones terrestres también resultan de gran incidencia. Con frecuencia, los padres encuentran a sus hijos durmiendo sobre un costado o un extremo de la cama. Esto es así debido a que los niños tratan de escapar al efecto nocivo de las radiaciones terrestres, para el cual tienen, sin saberlo, una sensibilidad particular. Del mismo modo, se advierte que muchos niños tienen el sueño interrumpido o, de más grandes, continúan orinándose de noche en la cama. En estos casos, la solución está al alcance de todos: colocar la cama en un lugar libre de radiaciones terrestres. Kathe Bachler, una maestra austriaca nacida en Abtenau en 1923, llevó a cabo una investigación en la Escuela de Educación de Salzburgo sobre la influencia de las radiaciones terrestres en el aprendizaje y en la conducta de los niños y demostró que en el 95% los niños que mostraban dificultades de aprendizaje estaban expuestos a fuertes radiaciones terrestres, ya fuera durante sus horas escolares por la ubicación del pupitre o durante las noches por la ubicación de sus camas o, lo que aún es peor, en ambos lugares. En todos los casos, se manifestó una clara mejor en los niños en cuanto sus pupitres y/o camas fueron colocadas en un lugar libre de radiaciones. Durante mucho tiempo, Kathe Bachler se negó a publicar los resultados de sus investigaciones por temor a ser ridiculizada. Sin embargo, al exponer sus estudios ante más de 300 médicos y gran cantidad de religiosos, entre ellos, el Arzobispo Dr. Karl Berg, su trabajo fue admirado y obtuvo el respaldo para ser publicado y divulgado en beneficio del hombre. Poco tiempo más tarde, a partir de las conclusiones de Bachler, en algunas escuelas de Austria, los niños cambian de aula con cierta regularidad para evitar permanecer todo el año escolar en un pupitre ubicado sobre radiaciones terrestres. Cabe destacar que durante muchos años, Bachler fue invitada a disertar en universidades del mundo y congresos médicos con el objeto de difundir los valiosos resultados de su investigación.

¿Como detectar las radiaciones terrestres?

Las culturas antiguas, desde los chinos hace más de 4000 años, hasta los Incas conocían la existencia de las radiaciones terrestres y jamás construían sus viviendas ni sus lugares de culto sobre ellas. Por aquel entonces, ya determinaban las radiaciones gracias a la habilidad que desarrollaban para “sentir” las radiaciones o, en su defecto, mediante el uso de horquetas de madera. Ya en el siglo XX, el Dr. Hartman recurrió a toda clase de métodos para realizar sus investigaciones pero, en la actualidad, no caben dudas de que el cerebro humano es el instrumento más perfecto y sensible para percibir estas radiaciones. De ahí la importancia que reviste la RADIESTESIA, es decir, la facultad para percibir las radiaciones electromagnéticas, sobre todo, para la salud pero así también como auxiliar de la medicina, la geobiológica, la arquitectura y tantas otras disciplinas, ya que permite determinar la ubicación de tales radiaciones del mismo modo que de agua, petróleo y objetos perdidos. El Sr. Aake Lingren, ingeniero y radiestesista sueco, subraya la importancia de hacer determinar las radiaciones terrestres en un terreno antes de proyectar la construcción de una vivienda en él ya que, como consecuencia de las radiaciones terrestres, gran cantidad de terrenos resultan sumamente nocivos para la salud. Del mismo modo y por las mismas razones, recomienda que se determinen las radiaciones terrestres en una casa o departamento, antes de decidir su compra. Cabe destacar que muchas empresas constructoras alemanas garantizan que en los proyectos que comercializan las radiaciones terrestres son evitadas dado que cuentan con especialistas en la materia. Asimismo, en Austria, no se concede permiso de construcción a menos que conjuntamente con el plano de obra se presente el plano que indique la ubicación de las radiaciones terrestres y que el proyecto fue concebido en función de ellas. Las radiaciones terrestres se pueden determinar en la Tierra, como vimos hasta ahora, pero también directamente en la persona debido a que el organismo refleja las radiaciones terrestres a las que está expuesto y, en ambos casos, como instrumento indicador pueden usarse tanto las varillas como el péndulo.

Hair test

El Hair Tes o Análisis del Cabello es el estudio del cabello que revela los excesos de elementos tóxicos (aluminio, arsénico, cadmio, plomo, mercurio, uranio, plata, entre otros) y las carencias de elementos micronutientes (calcio, magnesio, sodio, potasio, hierro, manganeso, cobalto, litio, fósforo, boro, entre otros) que se encuentran en nuestro organismo y que, tarde o temprano, causarán enfermedades. Al respecto, el notable beneficio que ofrece este estudio es que sus resultados permiten diagnosticar las enfermedades en su nivel prelesional o prepatológico (es decir, antes de que se manifiesten los síntomas) y, de esta manera, es posible prevenirlas o curarlas mediante una dieta que equilibre las cantidades de los distintos elementos que componen nuestro organismo. Cabe destacar que en el cabello, tanto los elementos micro nutrientes como los tóxicos no se encuentran neutralizados por mecanismos homeostáticos, como es el caso de los fluidos (la sangre, por ejemplo) y es por eso que la presencia de rasgos que se desvían de la normalidad en tales elementos, se advierten antes de que se presente cualquier sintomatología.

Por: William James Carruthers www.radionicarv.com.ar/william.htm
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El Despertar de la Visión Interior

 

Lineas ley, lineas de tierra y pozos de energia

El primer reflejo cuando se oye hablar de cáncer

El interés por las líneas Ley se originó hacia los años treinta del presente siglo, principalmente en Alemania y Francia, en algunas ciudades que eran lo suficientemente pequeñas como para que toda su población fuera tratada por uno o dos médicos solamente. Algunos médicos se toparon con el hecho que, en determinadas casas, los casos de cáncer surgían con una frecuencia inusual. El médico de familia trataba a la abuela de cáncer. La abuela fallecía. Cinco años después, el doctor veía como su hija venía exactamente con el mismo cáncer. Mientras tanto, la hija se había trasladado a la cama de la abuela. O bien una mujer traía a su marido con cáncer. Su marido fallecía. La mujer se volvía a casar y, algunos años más tarde, el nuevo marido, que dormía en la misma cama y en el mismo lado que el anterior, contraía exactamente el mismo tipo de cáncer que el primer marido…

Diversos casos como los anteriores despertaron la curiosidad de los médicos, los cuales decidieron buscar la ayuda de zahoríes profesionales. El resultado fue el descubrimiento de líneas de los así denominados “rayos de tierra” nocivos. Realmente, nadie sabe a ciencia cierta de qué están hechas estas líneas, aunque se ha hecho una costumbre denominarlas “líneas de rayos de tierra”, o también “líneas Ley”. Como nunca se ha identificado ningún rayo que tenga relación con dichas líneas, evitaremos el equívoco término “líneas de rayos de tierra”, y nos referiremos a las mismas, más sencillamente, como “líneas de tierra”. La intensidad de las líneas varía de uno a otro lugar. El hecho esencial es que, cuandoquiera que los zahoríes investigan la casa de un paciente de cáncer, se encuentran líneas de tierra de intensidad nociva, bien en la cama del paciente, o bien en algún lugar donde el paciente pasaba mucho tiempo, como por ejemplo un despacho.

En Alemania se estableció una especie de batalla durante algunas décadas, en la que muchas autoridades médicas respetables trataron de desaprobar dicha teoría en su totalidad. Se condujeron estudios sobre miles de casos – en ocasiones sobre treinta o cincuenta mil pacientes de cáncer. Y, cada vez, los resultados estaban tan aplastantemente a favor de la existencia de dichas líneas de tierra perjudiciales, que los potenciales detractores se convertían en los más ardientes defensores.
Deberíamos resaltar el hecho de que dichas personas no eran facultativos marginales, sino científicos y profesores de medicina que estaban arriesgando su reputación y su carrera. Su sorprendente y casi unánime conclusión fue: es muy improbable que aparezca un cáncer, a menos que se haya estando durmiendo o permaneciendo con regularidad sobre una línea nociva. Dichas líneas de tierra perjudiciales fueron halladas en las casas de casi el 99% de los pacientes de cáncer.

En febrero de 1987 se alcanzó el punto en que el propio gobierno de Alemania Occidental comenzó a invertir millones de marcos en un programa destinado a investigar los efectos de las líneas de tierra en los organismos vivos.
No se debería menospreciar la importancia de otros factores en la génesis del cáncer, tales como una dieta pobre o la tensión emocional. Una enfermedad y especialmente una tan seria como el cáncer, siempre es el resultado de una combinación de causas. Aún así, las estadísticas de los científicos germanos son tales que, siempre que oigamos “cáncer”, nuestro primer reflejo debería ser: ¡Busquemos las líneas! Y entonces mover la cama, o incluso cambiar de casa, en función de lo que se encuentre. Quitar al paciente de la línea nociva no es suficiente para curar el desorden, aunque parece que sea un factor importante para la mejora de las posibilidades de sanación del paciente.
Las líneas de tierra nocivas también han sido acusadas de otros procesos patológicos, como la muerte súbita de bebés, problemas en las articulaciones, migrañas, enfermedades del corazón, venas varicosas, incontinencia urinaria y muchos otros.

Una reacción normal cuando se duerme sobre una línea tóxica es tener sueños desagradables, insomnio, o noches pesadas que ocasionan fatiga. La sensación de estar más cansado por la mañana que antes de irse a la cama, es con frecuencia descrita por los pacientes. Por ejemplo, es muy típico el caso del niño que cada mañana se encuentra boca abajo en la cama, como si inconscientemente tratara de escapar de la línea nociva.

Hechos normalmente observados acerca de las líneas

  • Las líneas forman una malla o emparrillado que abarca toda la superficie terrestre – la malla de Hartmann. En dicha malla, las líneas están separadas entre sí unos 2,5 metros, aunque esta dimensión puede variar ligeramente de uno a otro lugar.
  • Las líneas no están confinadas a la superficie de la Tierra. Si se halla una línea en la planta baja de una casa, dicha línea será encontrada exactamente en el mismo lugar en todos y cada uno de los pisos de la casa.
  • Las líneas de la malla son en ocasiones altamente nocivas, y otras veces mucho más ligeras y no tan tóxicas. Aún así no es nunca recomendable dormir o sentarse sobre una línea.
  • Los cruces de líneas son especialmente nocivos.
  • En la vecindad de una falla geológica, se refuerza la intensidad (toxicidad) de las líneas.
  • Una corriente de agua subterránea origina una línea adicional particularmente nociva, la cual se añade a las de la malla. También hace que las demás líneas a su alrededor sean más tóxicas. Cuanto más intenso sea el flujo de agua, más nociva será la línea.
  • Las tuberías de agua – en una casa o por debajo de la misma – actúan como pequeñas corrientes de agua subterránea.
  • Los cables eléctricos generan líneas adicionales.
  • Cuando se construye una casa como una jaula de Faraday, con metales y cables eléctricos por todas partes, las líneas se refuerzan y aparecen líneas adicionales. Esto hace que los rascacielos sean un desastre ecológico.
  • La fuerza y anchura de las líneas es:
  1. Reforzada durante tormentas o tiempo tormentoso
  2. Multiplicada por dos entre la 1 y las 2 de la madrugada
  3. Multiplicada por tres en la luna llena
  4. La mayoría de organismos vivos enferman cuando se ubican en las líneas: las plantas se mueren, los árboles experimentan crecimientos cancerosos, se favorecen todos los procesos de putrefacción. Los cruces de líneas son, por consiguiente, lugares muy adecuados para colocar el abono orgánico – pero no la cama.
  5. Por otra parte, determinadas plantas y animales parece que prosperen en las líneas. Esto sucede, más que con ningún otro árbol, con el roble, el árbol sagrado de los druidas. La mayoría de los robles antiguos y de gran tamaño se encuentran sobre líneas potentes. Otros “buscadores de líneas” entre los árboles son los sauces, fresnos, abetos… Entre las demás plantas: muérdago, hongos y setas, espárragos…

Las hormigas aman las líneas, lo cual encaja bien con su función de limpiadoras de todo lo que se descompone en la naturaleza. Los hormigueros suelen encontrarse sobre una línea pesada. Esto nos debería hacer cautos cuandoquiera que hallemos un hormiguero cercano a nuestra casa.

A diferencia de los perros, se dice que los gatos buscan las líneas. Así, tradicionalmente se ha dicho que el sitio que suele preferir el gato, no será un buen lugar para nosotros. No obstante, según mi propia experiencia, los gatos de hoy en día buscan más los cojines que las líneas de tierra. Así que, si nuestro gato va derecho a nuestra almohada cada vez que encontremos un nuevo sitio para la cama, no hay que preocuparse.
Los escarabajos y las termitas también son atraídos por las líneas, así como los parásitos y microbios (de ahí los procesos de putrefacción).

Líneas Ley y líneas de tierra

Estrictamente hablando, debe hacerse una distinción entre las líneas Ley y las líneas de tierra. Las líneas de tierra forman una malla aproximadamente cuadrangular, la cual hemos descrito anteriormente. Son las que han sido acusadas de la génesis del cáncer y muchas otras enfermedades. Dichas líneas de tierra, que mucha gente denomina líneas de rayos de tierra, son también denominadas a veces como la red de Hartmann o la malla (parrilla) de Hartmann.
Las líneas Ley, por otro lado, son también líneas de energía telúrica, aunque de distinta naturaleza. No forman una malla cuadrangular y hay una distancia mucho mayor entre ellas: las líneas Ley distan entre sí en ocasiones hasta cientos de kilómetros. Las líneas Ley no son perjudiciales para la salud, sino que son más bien unas líneas de intensidad espiritual que recubren todo el planeta. Se dice que lugares sagrados como – por ejemplo – Glastonbury o la catedral de Chartres se encuentran ubicados sobre líneas Ley.
Pero en la práctica, muchos zahoríes o exploradores de líneas tienden a emplear el mismo término – líneas Ley – tanto para las líneas Ley como para las líneas de tierra.
En el presente capítulo examinaremos las líneas de tierra de la red de Hartmann, dado que se encuentran por todas partes y conciernen a todo el mundo. Debería quedar claro que existen otras mallas de energías telúricas, además de las citadas; pero para simplificar las cosas, no nos ocuparemos de ellas por el momento.

¿Qué son estas líneas?

Nadie conoce la naturaleza exacta de estas líneas. El término “rayos de tierra” es equívoco: pese a que todo el fenómeno aparece como una especie de radiación telúrica, nunca se han identificado “rayos” reales.
Desde el nivel de la clarividencia, dichas líneas de tierra no aparecen como líneas, sino como paredes. Esto también podría haberse deducido del hecho de que una línea que se encuentre en la planta baja de un edificio, también se detectará en el mismo lugar en cada uno de los pisos.
Desde el tercer ojo, estas paredes pueden verse como una especie de energía humeante. Cuanto más tóxica sea una línea, más neblinosa, densa y espesa aparecerá su energía. Por ejemplo, durante tiempo tormentoso o hacia la Luna llena, las paredes de las líneas aparecerán sensiblemente más anchas y oscuras.
Cuanto más tóxica sea una línea, más nauseabunda será la sensación que nos dará sintonizar con la misma.

Las líneas, y especialmente las más nocivas, parecen concentrar energías negativas. Este efecto se maximiza en el cruce de líneas. Podríamos decir que las líneas actúan como cubos de basura, recogiendo toda la “suciedad etérica” de una habitación.
Las casas que parecen tener malas vibraciones y hacer que la mayoría de las personas se sientan incómodas, suelen estar construidas sobre una malla de líneas nocivas. Cuando se encuentra un ente – o parásito no físico – en una habitación, casi siempre está en un cruce de líneas.

Pozos de energía

¡Siempre que hay un dragón hay una princesa! Los pozos de energía son la contrapartida positiva de las líneas de tierra nocivas. Los pozos de energía son más misteriosos y, ciertamente, no están tan bien documentados como las líneas.

Si se han leído las aventuras de Carlos Castaneda, probablemente se recordará cómo Don Juan le hacía buscar “su sitio” en una habitación, aquel lugar donde podía estar protegido y a salvo. Eso es un pozo de energía. Los pozos de energía son lugares dotados de propiedades curativas, así como de propiedades espirituales. Son lugares donde es más fácil rezar, meditar o conectar con los mundos espirituales. Cuando un ángel desea derramar su luz en una habitación, un pozo de energía es un buen lugar para que descienda.
En el nivel de la clarividencia, un pozo de energía se parece a una columna de luz, o incluso a un géiser de luz (aunque no están relacionados con cambio alguno de temperatura). A menudo, el diámetro de la columna oscila entre 45 y 60 centímetros, y posiblemente más si encontramos uno de los grandes. Así como las líneas pueden clasificarse de acuerdo con su toxicidad, los distintos pozos poseen tamaños, intensidades y potencial sanador diferentes. Pero, al contrario que las líneas y su malla, no parece que haya ningún patrón regular de distribución de los pozos – ninguno que yo sepa, al menos.

Líneas y práctica espiritual

Si queremos aprender acerca de la energía, en nuestro interior y en nuestro exterior, ciertamente hemos de tener mucho cuidado con las líneas, pues la malla de un lugar determinará su calidad de energía y, por consiguiente, la calidad de nuestra propia energía cuandoquiera que allí estemos.
No existe ningún organismo vivo cerrado. En el nivel de la energía, aún más que en el de la materia, estamos constantemente involucrados en múltiples intercambios con nuestro entorno. Para llegar a ser clarividente y entrar en contacto con nuestro Ser Superior, precisaremos una profunda transformación de nuestros cuerpos sutiles. Esta alquimia será fomentada, o retardada, en función de si nos situamos en una posición en que la malla trabaje a favor o en contra nuestro. Es, por tanto, fundamental explorar la malla del lugar donde vivimos y asegurarnos que no estemos durmiendo o meditando sobre una línea. Esta regla se hace todavía más importante cuando se efectúen períodos de meditación prolongados, como – por ejemplo – durante un curso o un retiro. Mientras meditamos nuestro cuerpo de energía, o cuerpo etérico, se abre de forma significativa y, por tanto, se amplifican los intercambios de energía con nuestro entorno.

Si meditamos sentados sobre una línea, en especial durante períodos prolongados, correremos un elevado riesgo de coger energías incorrectas y dañarnos. Nos podemos sentir incómodos e inquietos. Son síntomas muy comunes cuando se efectúan largos períodos de meditación: no hace falta estar sobre una línea para sentirse así. Pero la agitación tomará proporciones mucho mayores si estamos sobre una línea. Y si la línea es mala, no hay virtualmente límite al daño que podemos infligir a nuestro cuerpo. Los profesores de meditación deberían ser particularmente conscientes de la malla en la habitación donde den sus clases, pues los estudiantes tienden a llenar el espacio disponible y es muy probable que algunos de ellos acaben sentándose en el sitio incorrecto.
Estamos introduciendo un concepto que hoy en día no está muy extendido, aunque en el pasado muchas culturas tradicionales estaban familiarizadas con el mismo: los resultados de la práctica espiritual dependen del lugar donde se efectúe la práctica. Esto no solo es aplicable al espacio general o al edificio, pues incluso dentro de una habitación, diferentes emplazamientos pueden inducir experiencias completamente distintas. Hallar el lugar que es adecuado para uno mismo es tan importante como encontrar la enseñanza o técnica correcta.
Esto también es aplicable a la sanación y a las terapias en general. Si se pone la mesa de masaje o acupuntura sobre un pozo de energía, los resultados serán diez veces mejores que si no se hace así. Además, para un ayudante invisible será mucho más fácil venir y echarnos una mano. El pozo hará la mitad del trabajo para nosotros, si no más. Contrariamente, si practicamos acupuntura, regresión, renacimiento (rebirthing) o algo semejante sobre una línea tóxica, podemos acabar haciendo que nuestros clientes estén peor tras nuestro tratamiento.
¡Encontrar las líneas es extremadamente sencillo! En los cursos de Clairvision, al menos el 80% de los estudiantes consigue encontrarlas el primer día que lo intentan, siempre y cuando hayan seguido – solo seguido, ni siquiera dominado – las técnicas preliminares de apertura del tercer ojo, tal como se han indicado en el presente libro.

Exploración de las líneas: el equipo

Se necesitan dos varillas en forma de “L” y dos bolígrafos.
Las varillas serán de alambre grueso. El lado más largo de la “L” es de aproximadamente 40 centímetros (400 milímetros), y el más corto de unos 12 centímetros (120 milímetros). Unos cuantos milímetros de más o de menos no tienen importancia.
Una forma muy práctica de hacer las varillas es a partir de dos perchas de alambre, cortándolas con las dimensiones antes indicadas. Si no se dispone de perchas de alambre, puede emplearse cualquier tipo de alambre metálico, siempre que sea lo suficientemente rígido como para mantener la forma de “L”. Entonces cogeremos dos bolígrafos baratos, les quitaremos la punta y la carga de tinta, y nos quedaremos únicamente con la carcasa plástica exterior. Insertaremos los lados más cortos de la “L” de nuestras varillas en el interior de las carcasas de los bolígrafos. Es todo cuanto precisaremos para explorar líneas.

IMPORTANTE: las varillas deberán poder girar libremente en el interior de las carcasas de los bolígrafos, por lo que hemos de asegurarnos que:

  1. Hemos hecho el ángulo de 90º entre ambos lados de la varilla de forma clara, y no con una curva progresiva.
  2. A cada lado de la “L” el alambre está tan recto como sea posible. Si el lado más corto de la varilla está doblado, aunque solo sea ligeramente, podría tener lugar una fricción indeseada que impediría el libre movimiento de la varilla.

Sugiero que se dejen estas varillas con sus carcasas en el maletero del coche, de modo que estén a mano siempre que precisemos explorar líneas.

Aprendizaje de la actitud ojo-vientre para la exploración de líneas

La exploración de líneas guarda relación con la conciencia ojo-vientre, o sea, estar consciente a la vez en el ojo y en el área debajo del ombligo. Para desarrollar la conciencia ojo-vientre hay que practicar primero paseando por la habitación, manteniendo una fuerte conciencia del área del ombligo o, más exactamente, del centro de energía que está unos 2 ó 3 centímetros por debajo del ombligo. No se necesita localizar dicho centro con exactitud, siendo suficiente con estar conscientes del área por debajo del ombligo. Caminaremos “desde el vientre”. Imaginémonos que somos un cowboy o un policía americano, pues ambos suelen ser bastante buenos caminando desde su vientre. O bien andemos como un maestro japonés de artes marciales.
Las líneas están hechas de una energía etérica que está muy cercana al plano físico. Desde un punto de vista experiencial, la clave para el etérico es: vibración. Dicho llanamente, siempre que sintamos una vibración estaremos sintiendo el etérico. Algunas vibraciones etéricas son bastante delicadas y sutiles, a medio camino entre una luz y una vibración. Otras, por el contrario, como las que sentimos cuando sintonizamos con las líneas, son “más densas” y más tangibles físicamente. Para explorar las líneas, hemos de estar conscientes de la vibración en nuestro vientre, y no estar flotando en la luz por algún lugar sobre nuestra cabeza. Cuanto más estemos en la vibración, más cerca estaremos de la percepción de las líneas.

Entonces restableceremos la conciencia centrada en el ojo y practicaremos unos cuantos segundos de reconexión: nos haremos conscientes de la vibración en el entrecejo, respiraremos con la fricción en la garganta y conectaremos la fricción con la vibración en el ojo.

Mantendremos una fuerte conciencia de la vibración en el ojo y permaneceremos simultáneamente conscientes del área debajo del ombligo. Estaremos conscientes de la vibración, tanto en el ojo como debajo del ombligo. Practicaremos, paseando por la habitación con nuestra conciencia ojo-vientre. Notaremos que una fuerte vibración en el ojo nos permitirá estar todavía más en el vientre. Varias técnicas de protección – las cuales se detallarán en los capítulos 18 y 20 – están basadas en el fortalecimiento de nuestra energía mediante un fuerte foco mantenido simultáneamente en el ojo y en el vientre.

Técnica de exploración de líneas

Equivocado, demasiado alto
Correcto
Cogeremos una varilla con cada mano, más o menos a la altura del ombligo. Si las cogemos como si fueran pistolas, tendremos la altura adecuada y, probablemente, también la conciencia correcta del vientre: una vez más, no es la ocasión para estar por las nubes, sino bien anclados a tierra en la vibración.

Un error muy corriente consiste en bloquear las varillas con los pulgares. Las varillas deben dejarse girar libremente.
Incorrecto
Correcto

Comenzaremos a caminar despacio, como un tigre, con una fuerte conciencia de la vibración, tanto en el ojo como debajo del ombligo. Mantendremos nuestras manos firmes, para evitar cualquier movimiento de las varillas. Las varillas apuntarán frente a nosotros. Si se balancean, debería ser un signo de que hay una línea, y no debido a nuestros propios movimientos al andar. No hemos de bloquear las varillas con los pulgares, han de estar libres. Hemos de estar sintonizados con cualquier sensación que pudiera provenir de nuestro vientre. Seguiremos respirando con la fricción en la garganta, caminando despacio:

  1. Las varillas se balancearán y se posicionarán paralelas a la línea. Para determinar la posición de la línea, bastará con mirar la dirección a la que apunten las varillas. No influye nada el hecho de que las varillas giren a la derecha, a la izquierda, o cada una hacia un lado.
  2. Cuando se cruza una línea, justo una fracción de segundo antes de que gire la varilla, puede sentirse una sensación muy “física” en el vientre. Es lo que denomino la “señal del vientre”. En realidad no es una sensación muy agradable. Cuanto más tóxica sea la línea, más incómodos nos sentiremos en nuestro vientre. Es un modo sencillo de determinar el grado de toxicidad de una línea.

Tan pronto como tengamos una idea aproximada de la orientación general de la malla, es preferible que caminemos en una dirección perpendicular a las líneas. Entonces la rotación de las varillas cada vez que crucemos las líneas será más clara. (Si camináramos casi en paralelo a las líneas, las varillas apenas girarían en el momento crucial de atravesarlas). Es recomendable llevar un rollo de cinta adhesiva, la cual pegaremos al suelo cada vez que crucemos una línea, para así mejor recordar su posición.
Dado que las líneas forman una malla aproximadamente perpendicular, con frecuencia hallaremos dos grupos de líneas, siendo las de un grupo perpendiculares a las del otro. Una vez hayamos explorado todas las líneas de un grupo, pasaremos a caminar perpendicularmente a las mismas, para explorar la otra parte de la malla.

¿Qué ocurre si encontramos una línea que no encaja en la malla, como por ejemplo una línea diagonal? Esto indicaría que se ha localizado algo añadido a la malla natural, como un cable eléctrico, una tubería de agua, o incluso una corriente de agua subterránea. Entonces hay que ir (aún más) al ojo, sintonizar con la línea y tratar de averiguar qué es. Generalmente los cables eléctricos generan líneas moderadas. El agua subterránea crea el tipo de líneas que nos ponen enfermos cuando las sintonizamos. Las tuberías de agua están más o menos entre ambas, en función del volumen de agua que circule por las mismas.

Exploración de líneas: lo que hay que hacer o evitar

  • Si las varillas comienzan a girar incluso antes de comenzar a caminar, ¡consideremos la posibilidad de que efectivamente estemos sobre una línea! Caminemos uno o dos pasos y comencemos de nuevo.
  • Supongamos que encontremos una línea originada por un cable y no existe cable alguno bajo el suelo, ¿qué significa esto? ¡Posiblemente el cable está en el techo! Las líneas no solo se generan por encima de un cable o tubería, sino también por debajo de los mismos.
  • No hay que explorar líneas durante un período de tiempo demasiado prolongado y en el mismo día. A menos que estemos muy entrenados, la práctica puede ser agotadora si se prolonga durante más de media hora. Esto se debe a una sencilla razón: para percibir algo, hemos de sintonizar con ello. Si se pretende explorar líneas, hay que conectar con su energía. Dado que estas líneas son nocivas por naturaleza, fácilmente podemos entender por qué su exploración es un deporte agotador.

Por esta razón no es aconsejable explorar líneas cuando estemos bajos de energía o deprimidos. La exploración de líneas no es una buena actividad para mujeres embarazadas ni para niños.

  • Después de explorar líneas hay que lavarse las manos con agua corriente durante un tiempo lo suficientemente largo, de acuerdo con el método descrito en la sección 4.12. Ducharse es todavía más indicado.
  • Existen numerosas asociaciones de zahoríes y de exploradores de líneas, la mayoría de las cuales organizan días en el campo para buscar líneas de tierra. Sería una buena idea unirnos a una de ellas durante uno o dos domingos, con el fín de comprobar que nuestra técnica de exploración es exacta.

La señal del vientre

En el capítulo 11 se vio cómo – mediante el arte de sintonizar -podemos aprender a dejar que las cualidades de un objeto se “hagan vivas” en nuestra conciencia. Para el aprendiz de clarividente, la exploración de líneas es uno de los ejemplos más impresionantes de dicho proceso. Se verá que las líneas son particularmente fáciles de sintonizar. Y que, cuando se atraviesa una línea con las varillas, tiene lugar un efecto tangible en el área del ombligo, alrededor del chakra manipura de la tradición hindú. Es una sensación “en las tripas”, muy “física” – inconfundible. El proceso de exploración de líneas es un ejemplo claro de cómo podemos sintonizar y, entonces, sentir como respuesta una modificación de nuestra energía.
Como consecuencia de este efecto tangible, los estudiantes suelen tener una sorpresa agradable: tienden a sentir las líneas en los mismos lugares, incluso si están explorándolas por vez primera.

La exploración de líneas de tierra es notable en el sentido de que probablemente es, de entre todas las percepciones extrasensoriales, la más fácil de objetivizar y reproducir. Si alguien intentara demostrar científicamente la existencia de fenómenos de percepción extrasensorial, ciertamente le recomendaría que trabajara con las líneas de tierra.
Respecto a la “señal del vientre”: es interesante apuntar que determinada fracción de la población parece ser incapaz de explorar líneas – alrededor del 10% de los estudiantes que conozco. Parece que haya una correlación entre la incapacidad de explorar líneas y los bloqueos emocionales en el área abdominal. Dicho en otras palabras, estos exploradores sin fortuna son, de forma sistemática, quienes tienen las mayores obstrucciones de energía en el área del ombligo. Cuando dichos estudiantes siguen un proceso de regresión, liberando sus bloqueos en el abdomen, ganan (o más bien recuperan) la capacidad de explorar adecuadamente.

Sintiendo las líneas sin varillas

Una vez podamos ubicar las líneas de la malla siguiendo el método de exploración antes indicado, el siguiente paso será sentir las líneas sin utilizar las varillas. Esto sorprenderá en buen grado a nuestros amigos zahoríes o exploradores de líneas. Es una situación bastante divertida: ¿cómo es posible que, tras estar unas cuantas semanas explorando líneas, no solo las encontremos sino que también lo podamos hacer sin varillas, cuando ellos han estado trabajando en ello durante años y no tienen ni idea de cómo hacerlo así? En realidad, es debido a que nuestra exploración de líneas proviene del entrenamiento sistemático de la percepción, no es una habilidad aislada.

Con una fuerte conciencia en el ojo, no es realmente difícil sentir las líneas con las manos, sin las varillas.

Comenzaremos caminando despacio por la habitación, con las manos frente a nosotros. Como antes, mantendremos una fuerte conciencia de la vibración, tanto en el ojo como debajo del ombligo. Respiraremos con la fricción en la garganta para amplificar la vibración. Sintonizaremos con las líneas desde el vientre. Cuando se atraviese una línea, nuestras manos sentirán una ligera resistencia, como si nos estuviéramos encontrando con algo más espeso y denso que el aire de la habitación. En ocasiones también habrá una ligera vibración, que se transmitirá a nuestras manos cuando “toquemos” una línea. Demos un paso atrás y vayamos de nuevo a la línea, poco a poco. Explayémonos en la sensación, aprendamos a reconocerla. De hecho, es más apropiado emplear la palabra “pared” que línea, puesto que lo que sentiremos es, en realidad, una pared de vibración, como si fuera una pared de humo.

Como de costumbre, hay un secreto: ¡práctica, práctica, práctica! Si practicamos, seremos capaces de entrar a una habitación y, de inmediato, saber dónde están las líneas y qué grado de nocividad tienen. No se necesitarán varillas. Ni siquiera hará falta caminar por la habitación.

Visión de las líneas

Ver las líneas, o más bien las paredes de energía humeante, no es mucho más difícil que ver halos o luz alrededor de las personas. Las técnicas que se emplean son exactamente las mismas que se han descrito en los capítulos acerca de la visión.
Implementaremos el triple proceso de visión:

  1. Inmovilidad y foco en el ojo, parpadeando lo menos posible.
  2. No buscaremos las líneas. Nos haremos conscientes del hecho de ver, o estado de visión. Si no alcanzamos el estado de visión, nos limitaremos a sentir la imagen frente a nosotros, en vez de mirarla.
  3. Trataremos de sentir desde el corazón y, en este caso, también desde el vientre al mismo tiempo. Si encontramos difícil estar en el ojo, el corazón y el vientre a la vez, nos limitaremos al ojo y el vientre. Miraremos desde el vientre, a través del ojo. Si aún esto es demasiado difícil, nos enfocaremos principalmente en el vientre, de 2 á 3 centímetros por debajo del ombligo.

Consejos para principiantes

  • Cuantas más personas en la habitación estén en el ojo, más fácil será ver.
  • Será más fácil ver las líneas si se intenta mientras otra persona las está explorando en la habitación.Según ni propia experiencia, cuando varios principiantes tratan todos a la vez de sintonizar con un objeto, o bien de verlo clarividentemente, se crea en la habitación una gran nube de energía caótica, la cual hace que incluso clarividentes experimentados tengan dificultades en poder discernir cosa alguna. En ocasiones hay que dejar pasar hasta media hora, antes de que alguien pueda percibir de nuevo alguna cosa.

Esto mismo es aplicable a las líneas de tierra: si tratan de verlas al mismo tiempo demasiados estudiantes inexpertos, es muy probable que – tras treinta segundos – absolutamente nadie pueda ver nada de nada.

  • Practiquemos la visión de las líneas hacia la Luna llena y por la tarde, cuando son más anchas.

Práctica: El aura del explorador de líneas

Una práctica interesante consiste en sentarnos tranquilamente, implementar el triple proceso de visión y observar el aura de alguien que esté explorando líneas. Cada vez que cruce una línea podrá verse un cambio en los colores e intensidad de su aura. Incluso si aún no se ven los colores con claridad, no será demasiado difícil sentir la modificación que tiene lugar en la energía de dicha persona.
Trataremos también de sintonizar en la energía de su vientre. Cuando atraviese una línea podremos sentir la “señal del vientre” en la persona. Si la línea es realmente tóxica, puede fácilmente hacernos sentir un poco mal – incluso desde cierta distancia – si estamos sintonizando con la energía del explorador de líneas.

Práctica: Diagnosis de estrés geopático

A medida que avancemos podremos desarrollar una interesante habilidad en la diagnosis: sentir las huellas que las líneas dejan en la gente. Si alguien está durmiendo sobre una línea durante meses, le queda una traza en su energía, y podremos realmente sentir y ver la energía de dicha línea en la persona.
Esta práctica es mucho más fácil de lo que pueda parecer. Sólo se requiere haber desarrollado cierta sensibilidad hacia las líneas. Esto es, se precisa saber exactamente cómo se siente la energía de una línea. Entonces, cuando sintonicemos con alguien, buscaremos dicha sensación. Si alguien tiene en su energía trazas de líneas de tierra nocivas, queriendo con esto decir que sufre de lo que se ha denominado “estrés geopático”, reconoceremos la “sensación de la línea”, que es la misma que sentimos cuando sintonizamos con la malla. Esto nos dará la capacidad de sospechar con rapidez si una enfermedad puede deberse a una línea tóxica.

Encontrando pozos de energía

El tema de los pozos de energía es mucho más misterioso que el de las líneas de tierra nocivas. Se ha hablado muy poco acerca de los mismos. Encontrar los pozos presupone una gran comprensión de las fuerzas telúricas y, asimismo, requiere que se cultive un cierto respeto hacia la tierra, que se aprecien sus energías.
Para encontrar pozos de energía se precisan dos cualidades importantes: respeto y sintonía. No seremos nosotros quienes hallemos los pozos, sino que será la tierra la que nos los mostrará a nosotros – quizás – si la tierra siente que somos buenas personas.
¿Qué es una buena persona desde el punto de vista de la tierra? Llegamos al lugar con nuestra cabeza llena de la actividad mental que genera la vida moderna; pero la tierra vibra a una frecuencia bastante diferente. El primer paso consiste en estar en sintonía con la tierra, dejarnos vibrar a su frecuencia. La tierra también es sensible a nuestro magnetismo, aprecia y respeta a las personas de una cierta densidad. Hemos de estar preparados en nuestro vientre y conectar la energía del vientre con la tierra, anclando la fuerza de nuestros chakras inferiores en la tierra. Por tanto, antes de explorar la casa, es recomendable emplear unos cuantos minutos caminando a su alrededor, sintiendo la energía del área y conectando con la misma.
Una vez estemos con la disposición interior correcta, ¿cómo encontraremos los pozos? Si hemos alcanzado cierta clarividencia, será bastante sencillo: bastará con mirar a nuestro alrededor. Un pozo de energía se parece a una pequeña fuente de energía, un pequeño géiser, una columna de luz. Incluso si aún no resulta fácil ver auras, practíquese el triple proceso de visión y examínese el espacio de la habitación desde el ojo. Si se está en sintonía con la energía del lugar, puede que tenga lugar una visión repentina e inesperada.
Entonces comenzaremos a caminar muy despacio por la habitación, con las palmas frente a nosotros, como si estuviéramos tratando de sentir las líneas sin las varillas (sección 12.12). Hay un vocablo alemán de difícil traducción, gemütlich, que significa “lleno de sentimiento”, bello y confortable para el alma – y así es exactamente como se siente un pozo de energía.

Por experiencia propia, los pozos de energía se encuentran a menudo adyacentes a una línea de tierra (aunque no en la línea). Por consiguiente, no nos hemos de preocupar si encontramos uno en el borde de una línea, pues no hay nada malo en ello.
El tamaño de los pozos de energía varía. Los que se ven en Sydney, suelen ser de entre 30 y 60 centímetros de diámetro, e incluso algo más. Pero, por ejemplo, hay emplazamientos aborígenes donde se pueden encontrar pozos mucho mayores. Ciertos lugares son realmente mágicos, con pozos de energía por todas partes, como fuegos artificiales de hadas. Caminar por dichos sitios con la conciencia correcta nos transportará a otra dimensión de la existencia.
Las propiedades de los pozos de energía varían de unos a otros. Algunos tienen un valor más inspirativo, mientras otros lo tienen curativo. Hemos de sintonizar con el ser del pozo para descubrirlo, aunque hemos de ser muy dulces, pues estos seres son reservados. Hemos de mirar sin mirar, sintonizando como desde la distancia. De otro modo, ocultarán su energía y el pozo permanecerá indetectable para nuestro ojo. Únicamente cuando hayamos ganado cierta familiaridad con el pequeño ser que está tras el pozo, éste nos revelará todos sus secretos.
¡Todavía está todo por descubrir acerca de los pozos de energía!

¿Podemos neutralizar líneas de tierra nocivas?

Los exploradores de líneas han efectuado numerosos intentos de neutralizar las líneas nocivas. Se han diseñado muchos artilugios, tales como varillas de cobre de diversas formas, bobinas de plomo, aparatos electromagnéticos, velas, lámparas de aceite, mandalas y signos mágicos bajo la moqueta. Tras haber examinado muchos de ellos, he llegado a la conclusión de que, en realidad, nada funciona. Algunos artilugios brindan una mejora temporal, pero no he visto nada que dure. Tras algunas semanas, o como mucho unos cuantos meses, la malla recobra su carácter nocivo.
Tal vez la respuesta sea de una naturaleza diferente. Aunque algunas de las líneas sean malas para nuestra salud, no son necesariamente malas para la Tierra. Las líneas son para la Tierra lo que los meridianos de la acupuntura son para el cuerpo. ¿Por qué deberíamos tratar de bloquear dichos flujos?
Quizás la solución no resida en intentar corregir la malla natural de la Tierra, sino en ubicar nuestras casas en puntos que sean apropiados para la vida humana. La malla no es nociva en todas partes: muchos lugares poseen una energía amable. Si construimos una casa justo encima de una corriente de agua subterránea, aseguraremos la existencia de una malla nociva por toda la casa. Pero si construimos dicha casa a cincuenta metros, puede que no haya ninguna consecuencia desfavorable.
En Australia, donde las energías telúricas son particularmente fuertes, he visto algunas casas construidas sobre enterramientos aborígenes, o sobre lugares que los aborígenes tradicionalmente juzgaban inapropiados para la habitación humana. En dichas casas la gente se sentía enferma y peleaba todo el tiempo, iban a la quiebra, cometían suicidio… Incluso los gatos, que suelen pasárselo muy bien en las líneas, se escondían en los armarios y tenían malestares nerviosos. ¿Sería razonable comenzar una guerra contra la tierra para limpiar tales lugares, o deberíamos considerar que nunca debería haberse construido ninguna casa allí?
El problema real reside en que no estamos viviendo en armonía con las energías de la Tierra. Ubicamos nuestros edificios siguiendo consideraciones mentales, tras haber dibujado unos bonitos cuadrados sobre un plano. Estamos desconectados de la tierra: ni siquiera tratamos de consultarla antes de construir sobre ella. Y entonces, cuando las vibraciones de la casa son horrendas, pretendemos que la tecnología venga a nuestro rescate, para interrumpir los flujos telúricos naturales y convertir nuestro desastroso lugar en una agradable casita de campo.
La respuesta real es introducir a arquitectos y constructores en la ciencia de las líneas y pozos telúricos. Y en lo que a nosotros respecta, comprobar la malla y las vibraciones de una casa antes de trasladarnos a la misma.

¿Qué podemos hacer en la práctica? Explorar nuestra casa con gran detalle, pues siempre hay una malla de líneas, separadas entre sí de 2 á 2,5 metros. Pero en muchos casos la malla no es particularmente nociva. Aún así, necesitamos estar seguros que ninguna línea atraviese nuestra cama, que no meditemos sobre una línea y que ninguno de los sitios donde regularmente nos sentamos esté sobre una línea. No debemos dudar en cambiar el mobiliario si es preciso.
La segunda etapa es comenzar a cazar (¡dulcemente!) los pozos de energía por toda la casa y explorar lo que podemos ganar de los mismos. Todo esto implica que tendremos que reconsiderar nuestros hábitos y comenzar a utilizar el espacio en armonía con la energía de la casa. Si podemos ser lo suficientemente brillantes como para diseñar el interior de nuestra casa de tal modo que meditemos, durmamos, comamos, trabajemos… sobre pozos de energía, los beneficios serán inmensos en lo que respecta a nuestra salud física, mental y espiritual.

¿Qué pasa si la malla es nociva, o llena de líneas adicionales, o si la casa se ha diseñado de modo que dondequiera que pongamos la cama hay un cruce de líneas? Mi consejo es trasladarse de casa. El despertar espiritual es un proceso de apertura, el cual no puede ocurrir suavemente en un lugar donde las vibraciones sean tóxicas. Cuando pasemos por hondas transiciones, precisaremos que nuestro entorno nos apoye, no que vaya en contra nuestra. Hemos de encontrar un sitio que sea 100% idóneo para nosotros. Esta es una parte importante de la búsqueda espiritual y por lo tanto, si nuestra motivación es correcta, el Universo nos apoyará.

Una geografía de la iluminación

Si realmente se desea saber acerca de la energía, sugeriría aplicarse a percibir las líneas, hasta alcanzar el punto en que pueda inmediatamente saberse donde están las líneas, tan pronto como se entre en una habitación. No importa si al principio no pueden verse; pero hay que desarrollar la sensación hasta el punto en que podamos abrir la puerta, sintonizar y sentir dónde están las líneas, sin ni siquiera tener que caminar por la habitación. Esto estructurará una honda conexión con las energías de la tierra.
Entonces, cuando visitemos un sitio nuevo, evitaremos las líneas automáticamente y escogeremos el lugar idóneo para sentarnos. Esto ocurrirá espontáneamente, sin ni siquiera tener que pensar en ello. Nos limitaremos a sentarnos en cualquier sitio, y después nos daremos cuenta que hemos cogido otra vez un pozo de energía. Y si `por alguna razón nos sentamos alguna vez sobre una línea, recibiremos inmediatamente una señal desde el vientre y sentiremos el deseo de movernos de ahí. Ni siquiera se necesita ver las líneas clarividentemente para alcanzar este nivel, pues es suficiente con entrenarnos sistemáticamente para sentirlas.
A medida que nos hagamos más conscientes de las energías telúricas, nos sorprenderá ver como algunas personas están siempre yendo de unas líneas a otras, debido a algún tipo de extraño magnetismo. Si hay un cruce pernicioso en nuestro salón, caminaran derechos hacia allí y se sentarán. Si hay una casa maldita disponible en la ciudad, se apresurarán a alquilarla. E incluso si su casa es bastante correcta en lo que respecta a las líneas de tierra, se las arreglarán para poner su cama en el peor cruce de líneas que puedan encontrar. De algún modo, ¡podríamos decir que dichas personas han desarrollado sensibilidad hacia las líneas! Pero inconscientemente la emplean contra ellas mismas. Estos kamikazes de las líneas de tierra, se beneficiarían enormemente de trabajar en su ojo y aprender a explorar las líneas. No obstante, nos encontraremos que muchos de ellos rechazan obstinadamente siquiera intentarlo, o incluso sencillamente reconocer la existencia de las líneas.

Esto nos llevará a sentir que hay una correspondencia entre nuestra propia calidad de la energía y los lugares donde nos sentemos, sea en nuestra casa o incluso en un restaurante, el cine o la casa de un amigo. Esto significa que muchas personas eligen inconscientemente lugares perjudiciales para perpetuar sus desórdenes y faltas de balance energético. Pero también significa que, eligiendo sistemáticamente lugares de alta calidad energética, podremos influenciar positivamente nuestro estado de salud y de conciencia – tal vez mucho más de lo que pensamos. Esto también sugiere que dos personas pueden vivir en el mismo ambiente y, aún así, estar en dos mundos diferentes, al estar uno de ellos sistemáticamente sobre las líneas y el otro sobre los pozos de energía.
Como estamos llegando al final del presente capítulo, tengo que pedir un favor. El conocimiento de las líneas es bastante sencillo, a la vez que los problemas que puede ahorrar son enormes. Por favor, háblese de las líneas de tierra. Discútase este asunto en profundidad con amigos y familiares. No se pierda nunca la oportunidad de convertirlo en tema de conversación. Si se es un periodista, escríbase acerca de ello o consígase que se emita por radio o televisión. Si se es un facultativo médico, explíquese la materia a los pacientes. No estropeará nuestra reputación, gracias a la enorme cantidad de evidencias científicas disponibles para poder respaldar el fenómeno. Esto deberíamos entenderlo como un acto de la más elevada compasión, para crear tanto interés sobre este tema como nos sea posible.

Fuente: Clairvision School Foundation 2000

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